Una de las frases más expresadas es "nadie es perfecto"; que se presta muchas veces para cubrirse y no aceptar o reconocer los errores cometidos. Como también, no hacer el esfuerzo necesario para desempeñarse mejor, hacer una buena labor en beneficio propio y de otros o entregar un excelente trabajo.
Uno de los significados de la palabra perfección es acabar o concluir algo excelente, completo y con esmero. Está muy unida a la rectitud, por lo cual es irreprochable e intachable. Nos hemos acostumbrado y hemos aceptado la idea de que la humanidad es imperfecta, por las acciones o actitudes equivocadas que se cometen.
Pero en un principio, Dios creo al ser humano perfecto, con todas las cualidades buenas, nos concedió calidad y nos concluyó con el mayor grado de excelencia y esmero. Sobre todo, nos dejó una misión: continuar siendo perfectos como él. La perfección o lo perfecto va más allá de no tener errores, es ser único y original.
Es verdad que las acciones malsanas propias o provocadas hacen imperfectas a las personas, pero continuar con esa mala práctica provoca que esa frase se realce aún más o continúe teniendo fuerza en la sociedad. No es malo ser perfeccionista, y querer todo bajo su justa dimensión y medida, siempre y cuando se busque alcanzar lo bueno y verdadero, igualmente no se incentiva hacer lo desfavorable, además se procura evitar la mediocridad en la humanidad.
A la mayoría no nos gusta que nos corrijan y menos en una forma inadecuada, tampoco que nos digan nuestras equivocaciones y mucho menos que nos digan qué hacer o cómo hacer las cosas bien hechas cuando están mal, pero la verdad es que la perfección en las personas comienza cuando somos humildes de corazón y pensamientos, cuando aceptamos y reconocemos las faltas o fallas que hemos cometido, estos pasos positivos que damos dan inicio en nuestra vida a actuar para mejorar y hacer lo ordenado y correcto, y nos embellece ante los demás.
Abre la puerta a una mejor calidad de vida personal, porque hemos actuado con mucha madurez y hemos sido cabales moral y profesionalmente. Qué satisfacción sentimos cuando alguien dice: Esa persona es muy correcta. Qué excelente trabajo hiciste, está completo y muy bien acabado. Está perfectamente. Te felicito. Y si no te lo dicen, tener la satisfacción de haberlo hecho lo mejor posible.