El Gobierno estadounidense no perseguirá el consumo de marihuana para uso médico en los estados en los que está permitido, según un memorándum que envió el fiscal general, Eric Holder, que cambia la política de la anterior administración.
En este documento, Holder pide a los fiscales que no usen recursos federales "en individuos cuyas acciones están en cumplimiento claro e inequívoco de las leyes estatales existentes relacionadas con el uso médico de la marihuana".
Los Gobiernos de Alaska, California, Colorado, Hawái, Maine, Maryland, Michigan, Montana, Nevada, Nuevo México, Oregón, Rhode Island, Vermont y Washington autorizan su consumo en estos casos.
Las nuevas directrices marcan un cambio de la política del ex presidente George W. Bush, quien insistió en que se mantuvieran las leyes federales contra la marihuana, considerada una droga ilegal, sin tener en cuenta la normativa de cada estado sobre su uso.
El Departamento de Justicia deja claro que no se procesará a personas que cumplan con la legislación de los estados que permiten la marihuana para uso médico, pero no permitirá que se burle la ley.
"No será una prioridad usar recursos del Estado para perseguir legalmente a pacientes con serias enfermedades o sus cuidadores, si están cumpliendo con las leyes de los estados sobre la marihuana", dijo Holder.
No obstante, hizo hincapié en que la Policía y los fiscales continuarán trabajando para castigar a aquellos que se amparen bajo las leyes de estos estados para el uso de drogas ilegales o el tráfico de drogas.
"No vamos a tolerar a los traficantes de drogas que se escondan detrás de las leyes estatales para enmascarar actividades que son claramente ilegales", subrayó.
Por otro lado, los refugiados cubanos son el mayor grupo de arrestados por el cultivo de marihuana en casas y tráfico de la droga, cuyo centro neurálgico es la Florida, aseguraron las autoridades.
Grupos identificados por las fuerzas de seguridad como organizaciones cubanas de narcotraficantes controlan cientos de casas donde se cultiva marihuana desde 2005.
Los cubanos que llegaron a Estados Unidos en los últimos cinco años representan entre un 85 y un 90% de los arrestados en la Florida por cargos relacionados con casas de cultivo de marihuana, según supervisores de narcotráfico.