Les digo sinceramente que a mí me gustaría escribir cosas positivas de este gobierno, pero todo lo que allí se genera son sólo malas noticias. Pero cuando ya creíamos que esas malas noticias se habían terminado, surge otra y de mayor impacto, ya que afecta a las familias más pobres de este país, me refiero al recién firmado Decreto Ejecutivo para la Erradicación del Trabajo Informal, medida improvisada que lanza a la calle a cientos de jóvenes que se desempeñaban como empacadores y cuyos ingresos destinaban para pagar los gastos de sus estudios, para contribuir también con los gastos del hogar, ya que la gran mayoría de estos jóvenes sus padres no tienen un trabajo permanente, otros son huérfanos como también falta generalmente el cabeza de familia. Estos jóvenes empacadores mantienen una conducta intachable, a la fecha no se conoce que en alguna ocasión hayan cometido un acto delictivo, donde laboran, además la administración de los supermercados, les exigen un buen rendimiento escolar, lo cual comprueban con la presentación del boletín, y en el caso de presentar fracasos, son retirados de su labor como empacadores.
La paternidad de esta medida la asumió el Presidente de la República quien en declaraciones a los medios de comunicación señaló que "Sacar a los niños de la calle es parte de la obligación que el gobierno tiene no sólo por ley, sino por convenios internacionales.
Demostrando una inflexibilidad poco conocida, el señor Presidente, se mantuvo firme en su decisión, pese a que el gobierno carece de respuestas, que sirva para compensar la perdida de sus ingresos, de los jóvenes empacadores.
Ante esta dramática situación, la Directora de Casa Esperanza, decidió conversar con los dueños de los supermercados y el Ministerio de Trabajo para presentar una alternativa que consistía en descartar a los menores de 14 y 15 años que no hubieran concluido la primaria. Pero que les permitiría a los mayores de 14 años seguir como empacadores y de esta manera recibir el ingreso que tanto necesitan. La propuesta incluiría que como requisitos se les exigiera garantizar su permanencia escolar, que sólo trabajarían de día en horas limitadas y que recibirían capacitación en las áreas de salud y alimentación.
Lo más doloroso de todo este nuevo error del gobierno del presidente Martín Torrijos es que quien rechaza esta última propuesta es un hombre salido de las mismas entrañas del pueblo, me refiero al ministro Reynaldo Rivera, quien haciéndose eco de la inflexibilidad del Presidente, negó esta última propuesta, con ello Rivera reingresó al grupo de los conocidos como "carniceros de hoy, que son las seres del mañana", papel que ya le tocó vivir en una ocasión y parece que no aprendió la lección.
Amigos lectores, quién puede escribir a favor de un gobierno, que tiene mal comportamiento, especialmente con los pobres. Finalmente algunos dicen que les extraña la conducta del Presidente, que lo más probable que detrás de esa absurda medida esté la figura que llaman el "Poder tras el trono". ¿Ya saben quien es? Esa misma que viste y calza y de quien usted está pensando, sólo a ella se le puede ocurrir estas cosas, que le quitan popularidad al Presidente. Esa es mi opinión.