Buscando la manera de salvar la industria textil en Panamá, el director administrativo de la textilera Creaciones Corro, Augusto Corro, hace un llamado a las autoridades y a los negociadores de tratados de libre comercio, a que apoyen la industria textil panameña, y así no desaparezca la misma.
Desde el año 2000 hasta el momento han cerrado más de 18 fábricas, dejando una gran cantidad de desempleo, según la Contraloría General de la República. "En el año 1996 habían más de 25, 000 trabajadores en la industria textil y hoy en día no hay ni 10, 000", indicó Corro.
Los principales motivos de esta situación son los efectos de la globalización, los tratados de libre comercio, y que no ha habido controles para que se limite la introducción de ropa en nuestro país, que viene del oriente, dijo.
Menciona que una prueba de ello, es una carta que le envió la cámara de comercio informado que Colombia se encuentra en Panamá promoviendo una serie de productos de confección textil, como ropa, formal, informal, ropa para uniformes, entre otros.
Desafortunadamente, la industria textil en Panamá no cuenta con la tecnología, las facilidades e industrialización que tienen otros países centroamericanos para abaratar los costos.
"Antes aquí en nuestro país teníamos el beneficio de contar con cinco maquilas que se fueron para Honduras, porque en este país ofrecían mucho más garantías que en Panamá. En El Salvador se creo una ley laboral donde por 10 años no se le podía hacer contrataciones a las maquilas", afirmo Corro.
Señaló que existen agencias extranjeras que se dedican a imitar uniformes del gobierno y empresas privadas, al tiempo que empresas textiles locales se han visto en la necesidad de cerrar, como Govil, Don algodón, Van Heusen, Intimate, y Ludigrama, entre otras textileras, porque los costos de producción son más elevados que en otros países centroamericanos.
¨Es triste ver que fabricas como Durex, Boston, Van Heusen, hoy día se han convertido en distribuidoras´¨ dice Corro.
En una carta que Corro envió al Ministro de trabajo Reynaldo Rivera y a la Comisión de Comercio de la Asamblea, señala que en la Zona Libre ha cerrado tres textileras debido a la problemática de los costos de producción, como la luz, los impuestos, alquileres, la materia prima, la ley tributaria, la del seguro social, la reforma del código de trabajo, y el salario mínimo.
El 90% de la ropa que se vende es traída de Estados Unidos, Taiwán, Colombia y Brasil. Las industrias textiles existentes en nuestro país han quedado con menos del 50% de sus empleados, indica Corro.
"Aquí, el sastre es conocido como un simple artesano, en cambio en un país como Brasil es todo un ejecutivo y pertenece a la sociedad y viste a las capas sociales más grandes de un país, mientras en Panamá el sastre trabaja hoy para comer mañana", manifiesta.
Corro pide a las autoridades que auxilien a las industrias textiles, y a la vez nos señala que de no hacerse algo pronto en nuestro país durante el mes de enero y febrero del año 2006 pueden desaparecer.