Una rebelión en un centro de detención de la ciudad brasileña de Sao Paulo terminó ayer lunes con un saldo de tres presos muertos y cinco heridos, confirmó el juez Maurício Lemos que actuó como intermediario entre reos y autoridades.
Un carcelero y siete presos fueron mantenidos como rehenes durante seis horas por los amotinados, que consiguieron el compromiso de las autoridades de desplazar algunos reos a otros centros con menor superpoblación.
El pequeño centro de detención en el que estaban los amotinados tiene 170 presos, considerado más del doble de su capacidad. "Los presos fueron crueles, a otros presos, dieron cuchilladas, andaron sobre sus cuerpos. Me quedé impresionado con lo que ví. Lo que hicieron fue terrible", declaró a la agencia Folha Antonio Ewerton de Souza, integrante de la Comisión de Derechos Humanos de la Orden de Abogados de Brasil. |