La tercera edad constituye una de las etapas vitales del hombre, la cual se asocia a tranquilidad, paz y ocio; sin embargo, muchas veces estas condiciones no proporcionan el bienestar esperado y en su lugar aparece el aburrimiento, estado de ánimo que puede combatirse de diversas maneras.
EL TIEMPO QUE TE QUEDE LIBRE..
Con frecuencia, los adultos en plenitud se sientan en una banca a pelearse con su pasado y a renegar de todo aquello que dejaron de lado sin emprender la ruta hacia nuevas experiencias. Vivimos en un mundo repleto de ansiedad y estrés que nos reclama cumplir con tareas repetitivas todos los días, no obstante, hacer siempre lo mismo promueve que nuestra mente se sature y que convivamos con una especie de fatiga crónica.
Si usted es una persona productiva o realiza alguna actividad deportiva o cultural, difícilmente se sentirá aludido, pero ¿qué pasa con aquellos que han dejado de lado su autorrealización personal, o quieren vivir a través de las experiencias de los hijos o familiares cercanos?
SIN LUGAR PARA LA RUTINA
Sin duda, una persona que se encuentra aburrida tiende a deprimirse, por lo cual es recomendable pensar que la tercera edad es ideal para, sin presiones ni obligaciones, leer las novelas que quedaron inconclusas, cocinar por el simple gusto de hacerlo o ir al cine tantas veces como quiera.
Qué tal si acude a un concierto o aprende a tocar un instrumento musical, toma un curso para aprender a navegar en Internet o se inscribe en un club deportivo; si su pasatiempo favorito es la televisión, no se quede con las ganas y suscríbase a un sistema de cable, lo cual le permitirá tener gran variedad de opciones: películas, programas deportivos y de concurso, culturales y noticieros, por mencionar sólo algunos.
Hay que considerar que el aburrimiento es una especie de tumba de las relaciones sociales, por ello, anímese e invite a sus amigos a platicar, jugar dominó, ajedrez o golf, lo cual es una magnífica forma de vencer la apatía, pues es bien sabido que el contacto con personas que nos hacen sentir bien hace que nos contagiemos de energía.