Si usted decide jugar dominó, necesitará estar alerta de cualquier movimiento de fichas por parte de sus adversarios, para que cuando sea su turno, coloque la pieza correcta. Esto, sin duda, ejercitará su habilidad de atención y concentración.
En las personas de la tercera edad, puede ser una buena forma de crear nuevas amistades y crear lazos de afinidad, ya que en ocasiones se trabaja en dúos o parejas, que a pesar de no crear interacción verbal, se comunica con gestos y aprenden a conocerse.
Cuando no se tiene una ficha para colocar en alguno de los extremos, el jugador debe "pasar", perdiendo así su turno y quedando en desventaja por tener más piezas que los demás.
El objetivo del dominó es tratar de intuir (y contar) el número de puntos que tienen las fichas de los contrincantes para hacerles el juego más difícil. Es por ello que al jugarlo su capacidad mental se fortalece, a la vez que le permite relajarse y pasar un momento agradable que lo libera de preocupaciones. Tome en cuenta, además, que este pasatiempo hace que se ejercite su memoria.
El primer jugador que quede sin fichas gana la partida y obtendrá los puntos que quedan en las piezas de los otros jugadores. El primero que sume 100 gana el juego.
Como usted puede ver, el dominó es buena opción para ocupar parte de su tiempo libre, pues no sólo lo distraerá, sino también beneficiará su salud mental y estado de ánimo.
ALGUNOS CONSEJOS
Se requiere de mucha concentración para saber qué fichas tiene el compañero y hacerle saber cuáles tenemos nosotros.
Juega siempre el número del que más fichas tengas. Esto establecerá un palo fuerte desde temprano en el juego.
Juega las fichas dobles que tengas a la primera oportunidad que se presente, a menos que vayas a desarrollar un palo fuerte, que es prioritario.
No confíes en un número jugado por tu compañero si es que su pensada fue prolongada. Pensar demasiado no es buena señal.
Si tienes una sola ficha del número que vas a matar, juégala rápido para no engañar a tu compañero con una pensada en falso.