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En un huevo fresco, la cáscara y la clara son translúcidas y la clara llena todo el huevo, excepto la zona donde se encuentra la cámara de aire.  |
Los huevos son un alimento que se prepara muy fácilmente y de diferentes maneras. Son el ingrediente clave de muchas recetas, complementan bien otros platos y son baratos.
Cuando uno llega a un establecimiento a comprar huevos podrá leer en la etiqueta "Consérvelos en frío después de comprarlos". Es aconsejable guardar los huevos refrigerados, pues hay estudios que establecen una relación directa entre contaminación y la temperatura de conservación. Además, es importante evitar los cambios bruscos de temperatura que hacen más fácil la contaminación del huevo.
Por tanto, guarde siempre los huevos en la nevera (entre 0-5ºC) para asegurarnos de su calidad y con la punta hacia abajo. Hay que colocarlos con la parte más puntiaguda hacia abajo para evitar el deterioro de la estructura interna y garantizar su conservación. No los lave, a menos que vaya a cocinarlos inmediatamente, se harían más permeables a los microbios.
Antes de comprar huevos es necesario que usted mire siempre la fecha de caducidad y compruebe que no hay ninguno roto o con la cáscara sucia.
Guárdarlos en el frigorífico en el lugar reservado para ellos, que debe tener una tapa para evitar que absorba olores o sabores de otros alimentos.
Un huevo fresco tiene, al romperlo, la clara firme, con la yema en el centro. Si se "desparrama" es que ha perdido ya parte de su frescura.
Por razones de higiene, debe lavarlo bien bajo el agua antes de romperlos. Tampoco es conveniente separar la yema de la clara con la propia cáscara.
Las manchitas rojas de la yema no son indicio de que esté más o menos fresco. Se retiran con la punta de un cuchillo limpio y se prepara el huevo sin mayor problema.
Para evitar infecciones al consumir huevos es importante fijarnos que la cáscara del huevo este limpia. Hoy en día cuando compramos huevos, éstos vienen totalmente limpios, de lo contrario deberemos tener mayor cuidado. Hemos de fijarnos que la cáscara esté integra y en perfecto estado.
Cuando vamos a freír huevos es muy habitual sacarlos de la nevera con el fin de que no nos salte el aceite a la hora de freír. Esta práctica no se debe realizar ya que al pasar el huevo de un medio frío a un medio caliente (el ambiente de la cocina) los poros del huevo se dilatan y por ellos pueden penetrar microorganismos, que pueden multiplicarse vertiginosamente ya que el huevo es un caldo de cultivo ideal.
Se debe evitar el consumo de huevos crudos, porque aunque hemos visto que es poco probable la contaminación del huevo antes de la puesta, pueden existir un porcentaje de microorganismos en el interior del huevo, si lo cocinamos con el calor seguro que estos microorganismos se destruirán.
CÓMO SABER SI UN HUEVO ES FRESCO
Un huevo pierde frescura con el paso del tiempo por pérdida de agua y gases por los poros de la cáscara, lo que conlleva también una pérdida de peso y volumen. Hay diversas formas de comprobar la frescura de un huevo.
Para corroborar su frescura aproxime el huevo a una fuente de luz y obsérvelo a contraluz, introduzca el huevo en un vaso de agua. Dependiendo de la posición que adopte puedes determinar el frescor del huevo, si esta en posición horizontal en el fondo del vaso tiene de medio día a 2 días, ángulo de 20º en el fondo del vaso tiene de 3 a 5 días, ángulo de 45º en el fondo del vaso tiene de 6 a 8 días.
Con un ángulo de 60º en el fondo del vaso puede tener de 9 a 14 días, totalmente vertical en el fondo del vaso; de 15 a 30 días, flotando; más de un mes.
En definitiva, compruebe el frescor del huevo y no consuma huevos con una fecha superior a la consumo preferente indicada en el estuche. |