El entrenador cubano de béisbol, Miguel Valdés, quien desertó días atrás, dijo ayer en Miami que no es un traidor y que está preparado para afrontar cualquier desafío futuro, incluido el exilio.
"La palabra traidor no es la más adecuada, pero hasta cierto punto los entiendo, pues ellos (directivos cubanos) se sienten frustrados conmigo, pero saben (ellos) que tengo mis motivos para estar aquí", señaló Valdés.
Valdés, quien tuvo a su cargo la supervisión de varias selecciones cubanas en distintas categorías, expresó que sabía que el exilio es duro, pero que está también preparado para todo tras desertar en México. |