Diagnosticar el cáncer de mama en estudios tempranos que posibiliten someterse a una intervención quirúrgica y un tratamiento con elevadas posibilidades de supervivencia, está asociado al nivel educativo de la mujer.
Así lo demostró un estudio sueco. Los investigadores creen que la educación puede ser una poderosa fortaleza para continuar con los estudios complementarios originados por los nuevos o inesperados hallazgos mamográficos.
Shehnaz Hussain y sus colaboradores del Instituto de Karolinska, Huddinge, Suecia, estudiaron a 1.571.511 mujeres entre los 30 y 64 años de edad en la base de datos suecos del Family-Cáncer. Al momento de la inclusión en 1990, todas las mujeres estaban libres de cáncer de mama.
Antes de finalizar el año 2004, se habían diagnosticado un total de 5, 718 mujeres con cáncer in situ, y 43.222 mujeres con cáncer primario invasor de mama, según el informe de Hussain y colaboradores en el Internacional Journal of Cancer.
Las mujeres con grado universitario tuvieron significativamente mayor probabilidad de ser diagnosticadas con cáncer de mama in situ (razón de riesgo 1.44 ) y cáncer de mama invasivo (razón de riesgo 1.28) que las mujeres con menos de 9 años de educación.
Estas asociaciones, incluso, fueron más fuertes entre las mujeres a quienes se les diagnosticó cáncer de mama después de los 50 años de edad. Sin embargo, al hacer el seguimiento de las mujeres con grado universitario, a quienes se les diagnosticó cáncer invasivo de mama, éstas tuvieron un aumento en la probabilidad de supervivencia de un 32% comparado con las mujeres con menos de 9 años de educación.