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EDITORIAL
Clasificación de corrupción
Panamá ocupó la posición No.66 en el Índice de Percepciones de Corrupción de Transparencia Internacional, dentro de un listado de 133 naciones. Lo preocupante para los países en vías de desarrollo es que nueve de cada diez países requieren apoyo práctico para combatir la corrupción.
La corrupción es en estos tiempos el principal mal de las democracias, debido a que se roba dinero que debe ser utilizado para ejecutar programas a favor de los ciudadanos de los países.
Al igual que el narcotráfico, la corrupción constituye uno de los crímenes más perjudiciales para cualquier país, razón por la cual potencias como Estados Unidos están enviados mensajes claros al resto de los países para perseguir a los gobernantes que se apoderan de los fondos públicos.
Ya vemos el caso del expresidente de Nicaragua, Arnoldo Alemán, a quien se le abrió un proceso en Estados Unidos por desviar fondos estatales. El resto de los gobernantes deben mirarse en ese espejo. Si la justicia interna no funciona para castigar a los ladrones de fondos públicos, otras instancias internacionales están listas para procesar a los corruptos.
Pero la corrupción no es sólo un fenómeno de los gobiernos, sino que es un mal también enquistado en el sector privado. Hay compañías que ofrecen sobornos para ganar un contrato o agilizar trámites, lo que hace necesario que los empresarios adopten códigos de conducta para frenar ese mal de la sociedad. En cuanto a Panamá, sin duda que hechos como los sobornos pagados a legisladores para aprobar el contrato del Centro Multimodal, Industrial y de Servicios y los obstáculos para desarrollar esa investigación pesaron sobre la clasificación. Para mejorar la ubicación de nuestro país se hace necesario establecer reglas que garanticen la transparencia en la gestión pública y se castigue severamente tanto al sobornado como al que soborna.
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PUNTO CRITICO |
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