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Unos veinte médicos panameños se unieron a este proyecto humanitario señalando que la provincia de Chiriquí aportó un anestesiólogo. Foto S. Mitre |
El rostro doliente de los niños más humildes del país y el sufrimiento de vidas que desde una temprana edad han enfrentado las diferencias físicas de sus malformaciones son el principal estímulo para la fundación Pro-impedidos de Panamá y el club Activo 20-30, quienes un año más regalaron sonrisas de esperanza en el programa "Niños Sanos Niños Felices".
Gran cantidad de niños de diferentes provincias del país llegaron a la ciudad de Chitré en busca de un cambio físico que transformara sus vidas. Así, sin importar los sacrificios que hicieron muchos de los que venían de lugares de difícil acceso, los pequeños emprendieron el viaje de la esperanza con la seguridad que esta oportunidad les abriría las puertas hacia nuevos horizontes.
Seguros de la difícil y noble misión que se les encomendada, los miembros activos de la fundación Pro-impedidos, un grupo de voluntarios prestos a colaborar y un cuerpo médico con verdadera vocación humanitaria trabajaron durante muchos meses de anterioridad para lograr que todo estuviera dispuesto para recibir con un rayito de luz a todos los participantes del "Programa Niño Sano, Niño Felíz" del 2001.
COMO NACE ESTE PROGRAMA
Tal como cuenta la Sra. Soraya Vikhú, coordinadora nacional del programa "Niño Sano, Niño Felíz", este proyecto surgió hace muchos años con el objetivo de dar respuestas a las necesidades que habían en el país en materia de dolencias por malformaciones que sufrían los niños explicando que la idea inicial sale del equipo nacional de médicos panameños quienes encontraron apoyo en un grupo estadounidense llamado Heder The Children.
Poco a poco se comenzaron a dar a los primeros pasos para concretar este plan estudiando el mecanismo que se podía utilizar para detectar los casos, evaluar sus posibilidades de recuperación y realizar la preparación previa a las cirugías solicitando desde el primer momento la colaboración de personas y profesionales de diversas especialidades de la medicina que quisieran comprometerse con la causa de cambiar lágrimas por sonrisas.
Así el proyecto se convirtió en una realidad que este año cumple su octavo año de trabajo constante señalando que todo el esfuerzo realizado está bajo la coordinación directa del Sr. Tomás Ford, presidente de la Fundación Pro-Impedidos.
UNA OPCION POR LA NIÑEZ PANAMEÑA
El albergue de "La Ciudadela" en el corregimiento de Monagrillo acogió a los niños de diferentes puntos de la república que desde tempranas horas del pasado viernes fueron llegando al lugar para participar en la selección final de los pequeños que entrarían este año al salón de operaciones. Un gran número de voluntarios y personal capacitado les recibió con un mensaje de optimismo y alegría ya que muchos de los aspirantes y sus familiares recorrieron grandes distancias para llegar hasta lo que ellos definieron como "Su última Esperanza".
Después de la elección de 187 casos realizados en los centros de acopio de las provincias, los médicos especialistas seleccionaron unos 147 niños entrar en el programa de cirugías que se desarrolló en el Hospital Cecilio A. Castillero de la ciudad de Chitré resaltando que habían desde pequeños de apenas meses hasta jóvenes en la etapa de la pubertad, todos ellos y sus acompañantes aguardaban con cierto temor pero también con alegría el momento en que serían llamados en lista para abordar en el busito que los trasportaba hasta el centro hospitalario.
DEL ALBERGUE AL SALON DE OPERACIONES
La faena diaria comenzaba desde tempranas horas de la mañana con el desayuno que se servía diariamente para unas quinientas personas mientras las enfermeras y personal médico se encargaban de revisar el listado para determinar los niños a quines les correspondía trasladarse al hospital para ser intervenidos quirúrgicamente. En grupos de quince, los pequeños eran llevados por voluntarios del club activo 20-30 hasta el hospital en un busito que se encontraba siempre a tiempo para iniciar el soñado recorrido.
Una vez en el centro hospitalario, los niños pasaban al departamento de enfermería donde eran preparados para entrar al salón de operaciones resaltando que la jornada se desarrollaba de siete de la mañana a siete de la noche con el propósito de atender el mayor número de casos posibles por día.
Las operaciones en estrabismo y párpados caídos que fueron las dos especialidades atendidas mantenían un carácter ambulatorio por lo que los pacientes se dejaban en la sala de recobros con un periodo corto de dos o tres horas de recuperación de anestesia y luego se trasladaban al albergue donde se contaba con un cuarto acondicionado para los pequeños que ya habían sido intervenidos destacando que no hubo necesidad de dejar a ninguno recluido.
SOLO MEDICOS PANAMEÑOS
Debido a la tragedia ocurrida en Los Estados Unidos, este año el programa no contó con el apoyo de los especialistas norteamericanos y aunque al principio esta noticia produjo cierto descontrol entre los organizadores, los médicos panameños supieron responder con valentía y vocación a este llamado especial de los niños y por primera vez en la historia de "Niño Sano, Niño Felíz " el cuerpo médico estaba constituido solo por profesionales nacionales. |