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De momento, la colección digital tiene registradas 1.100 páginas, por lo que se beneficiarán un gran número de usuarios. |
La biblioteca del Congreso de los EEUU y un grupo de académicos están construyendo un ambicioso archivo multinacional de páginas web con el que pretenden narrar la crónica más completa de los atentados terroristas del 11 de septiembre. Convencidos de que la crónica más minuciosa de los atentados terroristas en Nueva York y Washington es la que se escribe día a día en internet, un grupo de académicos del Archivo Internet (www.archive.org), junto con la biblioteca del Congreso estadounidense están construyendo un ambicioso archivo online donde esperan que las generaciones venideras puedan consultar toda la información relativa a los incidentes.
"Estamos creando algo a lo que tanto los usuarios y consumidores de hoy como las generaciones de dentro de 20 o 50 años tendrán acceso", dijo Diane Kresh, directora de las colecciones de servicio público de la biblioteca del Congreso, la más grande de Estados Unidos.
De momento, la colección digital tiene registradas 1.100 páginas, pero los directores del proyecto esperan recoger al menos mil más, antes de hacerlo público a través de la biblioteca del Congreso el 11 de octubre, cuando se cumple un mes desde que ocurrieran los atentados.
El proyecto tiene antecedentes recientes, aunque mucho menos ambiciosos, en las páginas de Contentsummit (www.contentsummit.com) e Interactive Publishing (www.interactivepublishing.net) que en los días posteriores a los incidentes se dedicaron a recopilar páginas web de todo tipo. En consonancia con el espíritu abierto de internet, el archivo se está construyendo con la ayuda de voluntarios de todo el mundo.
Cualquier internauta que considere que una página web merece pasar a la posteridad, puede enviarla al Archivo Internet siguiendo las instrucciones que esta organización tiene en la dirección www.webarchivist.org. Después, los investigadores y bibliotecarios catalogan cada página, y la colocan en las secciones correspondientes, como las de páginas oficiales, asuntos militares, medios de comunicación tradicionales o grupos de derechos humanos.
Una de las ventajas de un archivo de estas características es que puede ofrecer una vista panorámica sin restricciones de espacio, donde en teoría prácticamente todos los puntos de vista en el conflicto pueden estar representados. De hecho, las páginas personales, creadas por ciudadanos anónimos de dentro y fuera de los EEUU ocuparán un lugar prominente en este proyecto.
A urgencia, un sentimiento que no se puede separar del mundo digital. Esto quiere decir que o el documento se recoge ahora o se pierde para siempre, y los investigadores y bibliotecarios están luchando contra la propia naturaleza cambiante de la red. A esto se le suma la inmensidad de la tarea, ya que se calcula que el flujo de actividad en internet tras los ataques fue el más grande en su historia. Para hacerse una idea de hasta qué punto los atentados suponen un antes y un después en la historia de internet, la actividad que se registró en la semana posterior a los incidentes superó a la de las últimas elecciones presidenciales, asegura Kirsten A.Foot, co-directora del proyecto y profesora de comunicación de la Universidad de Washington.
Y es que, tras el ataque, la red sirvió para localizar supervivientes, canalizar donaciones a la Cruz Roja o para obtener información de primera mano, con una avalancha de páginas web escritas por periodistas y fotógrafos aficionados que en algunas ocasiones rivalizaron en inmediatez y calidad con las de los medios de comunicación más prestigiosos. Una buena parte de este material se recogió en las llamadas "weblogs", o páginas que se dedican a hacer barridos por la red recopilando el material más interesante, como la de Siliconvalley.com. Ahora, se trata de que todos estos documentos no se pierdan. |