El narcotráfico y el lavado de dinero sigue siendo una amenaza para Panamá. En los últimos días se han incautado casi tonelada y media de cocaína y se incautaron millones de dólares, en una bodega de la Zona Libre de Colón.
Panamá por su posición cercana a Colombia es un importante centro de paso para la droga que se envía hacia Estados Unidos y Europa. La cocaína ingresa por mar a través de lanchas rápidas o por aire mediante avionetas, que descargan la cocaína en pistas abandonadas. Nuestro país sirve como una especie de bodega transitoria, para el transporte de narcóticos hacia su destino final.
Luego las jugosas ganancias que produce ese despreciable comercio son enviadas a Panamá a través de mulas que en vez de portar droga llegan con maletines de efectivo. El dinero también se remite en contenedores ocultos en mercancía que se introduce a la Zona Libre.
Frente al incremento de las operaciones de narcotráfico, que se produce sobre todo por la desmovilización en Colombia de organizaciones irregulares y de cartelitos de la droga, no queda más que reforzar las fronteras, sobre todo la vigilancia marítima.
Hay que dotar a instituciones del Servicio Marítimo, del equipo necesario para desarrollar una eficiente vigilancia y establecer acuerdos con otras potencias para colaborar en la represión del flagelo de la droga.
La lucha contra el narcotráfico es permanente y las autoridades no deben bajar la guardia, frente a organizaciones criminales que tienen el poder de corromper a muchos sectores de cualquier sociedad.