Visiblemente molesto el Cholito Mesero del viejo café de Santana me llamó a un rincón del local. "Señor periodista, le tengo una queja sobre el mal servicio del mercado de Abastos de Curundu", dijo atropellando las palabras.
Con resignación, decidí ponerle atención a lo que me decía.
"Resulta que ahora con el combustible caro la gente no deja buenas propinas. Así que decidí meterme a comerciante de limones, guayabas y ciruelas, "cansa boca", explicó nervioso.
Me mordí la lengua para no reírme, pues no podía aceptar que el mesero vida-ajena de Santana fuera vendedor de frutas.
"Antes llegaba con mis "tamuguitas" de frutas al mercado de Abastos a cualquier hora y allí las vendía. Pero desde hace días inventaron cerrar el sitio de siete de la noche a doce", agregó.
Debí poner cada de no entender por "donde iba tabla", porque yo de ventas no se.
"Así que si Ud. viene de la Cochinchana y llega después de las siete de la noche, deberá esperar cinco horas antes de vender su mercancía. Entonces se irá para su casa muy tarde o tendrá que dormir donde sea", aclaró el emprendedor mesero.
"Ah, te convertiste en un pequeño empresario", le manifesté al Cholito Mesero para halagarlo.
"No, pequeño, no, porque realmente solo traía "tamuguitas" con frutas de una finca de mi primo en el interior", explicó el Mesero.
Ya no pude contener la risa. Le dije al Cholito que no era pequeño empresario sino enano, ya que casi no traía productos.
"No se ría, que el lío del mercado de Abastos es serio. Figúrese que el martes veintisiete de septiembre se formó un trepa-que sube, que hasta llamaron a la policía. Se hizo una carta que firmaron doscientos productores y vendedores, quienes desean que el mercado reciba sus mercancías a toda hora del día", informó el Cholito.
Me rasqué la cabeza. Le dije que no entendía cómo se tomaban medidas que afectan a los humildes productores panameños, aunque se justifique por la seguridad y falta de funcionarios.
Añadió el Cholito Mesero que el jueves veintinueve de septiembre, se acumularon más de quince camiones llenos de productos fuera del mercado de Abastos, en horas de la noche.
"No te preocupes, que pienso que eso lo solucionarán pronto", dijo al Cholito. Incrédulo murmuró: "Ud. siempre creyendo en los pajaritos preñados".