seccionesEl Panama Americaotras publicacionesprimera planaportadanacionalesopinionprovinciasdeporteslatinoamericacomunidadreportajesrelatoscronica rojahoroscoposocialesespacioediciones anterioresbuscador de noticias

 

home

variedades





CONSULTORIO MEDICO
La rabia: rara en los EE.UU., aunque frecuente en el mundo

Imagen foto

linea
Redacción
Crítica en Línea

Estimado Dr. Hiller: En México un perro callejero mordió a mi hijo. Se curó la mordedura aunque como no se sintió mal no acudió a ningún médico. Cuando regresó a Estados Unidos, llamé a su médico y a las pocas horas empezó a ponerle las inyecciones contra la rabia. Hizo lo correcto y le inyectó el tratamiento completo. Quisiera preguntarle si puede ocurrir algo si no se actúa inmediatamente, ya que pasaron tres días antes de que comenzara con el tratamiento y si seguirán teniendo efecto las inyecciones contra la rabia en caso de que vuelva a ser atacado.

Estimado Lector: Lo ideal sería haber consultado inmediatamente al médico, pues las inyecciones contra la rabia deben ser administradas en un plazo relativamente corto antes de la aparición de cualquier síntoma de la rabia si bien no debe preocuparse sobre este punto. La protección que dichas inyecciones proporcionan no significa que no necesite vacunarse contra la rabia en el supuesto de que sufra otro ataque, aunque la próxima vez requerirá menos inyecciones.

La rabia es una enfermedad viral mortal que afecta al sistema nervioso central (al cerebro y a la médula espinal) de los mamíferos. Puede ser transmitida a otro animal o persona cuando la saliva de un animal rabioso entra en contacto con un corte o herida (normalmente mediante una mordedura) o con una membrana mucosa.

Tras un "periodo de incubación" en el que no se advierte síntoma alguno, que normalmente se desarrolla en los seres humanos al cabo de varias semanas o meses, el virus de la rabia invade el sistema nervioso central. Cuando esto ocurre los síntomas pueden ser espasmos musculares, agitación intermitente o delirios, salivación excesiva, convulsiones y parálisis. La saliva puede llegar a contaminarse después de que el virus haya viajado desde el cerebro a las glándulas salivares. Una vez que el virus ha invadido el sistema nervioso central, que protege las defensas del organismo, no hay ningún tratamiento en la actualidad que pueda evitar una muerte segura.

La rabia en las personas puede prevenirse si se dan los pasos adecuados tras haber sido expuesto al virus. Debe actuarse cuanto antes, aunque el tratamiento preventivo para la rabia debe ser puesto en marcha incluso tras un retraso prolongado si no han aparecido los primeros síntomas. Debe consultarse a un médico lo más pronto posible tras una exposición al virus de la rabia para que éste determine cuál es el tratamiento adecuado.

Hay tres elementos principales en el tratamiento preventivo para aquellas personas que se han expuesto a la rabia: 1. Limpiar la herida. Las investigaciones en animales han demostrado que la desinfección de la herida reduce la transmisión de la rabia. Las heridas deben ser limpiadas a fondo usando agua y jabón y rociadas con un desinfectante antiviral.

Vacunarse contra la rabia. Una serie de cinco inyecciones en un mes hacen que el organismo produzca anticuerpos que neutralicen el virus. Normalmente se ponen en el hombro, y no causan efecto al menos hasta pasados 10 días en que la vacuna proporciona defensas contra el virus. Estas defensas pueden durar dos años o más; a partir de entonces, quizá se necesiten sólo dos dosis más de vacuna para posibles contagios posteriores.

2. La inmunoglobina de la rabia (IGR). Esta proteína proporciona unas momentáneas pero rápidas defensas contra la rabia. Debe tomarse a la vez que la primera inyección de la vacuna. La IGR desactiva el virus hasta que se hayan producido los suficientes anticuerpos como consecuencia de la vacuna contra la rabia. La cantidad recomendada de IGR es tanta como sea posible y la misma debe ser inyectada en la herida y alrededor de ella, también debe ser inyectada en un músculo alejado del lugar donde se haya inyectado la vacuna. Los enfermos que ya hayan sido vacunados contra la rabia en otra ocasión no necesitan la inyección de IGR. Hay que añadir en cuanto a la protección contra la rabia, que los enfermos que hayan sido mordidos por un animal deben tomar antibióticos, una inyección de tétanos o cualquier otro tipo de tratamiento para la herida.

Cerca de 39,000 estadounidenses al año reciben tratamiento una vez que han sido expuestos al virus de la rabia, con un coste de más de 2,000 dólares por enfermo. La consigna de "es mejor prevenir que curar" resulta quizá demasiado cara, aunque mantiene la incidencia de la rabia en humanos en Estados Unidos en unos niveles muy bajos. Sólo cuatro personas murieron de rabia en Estados Unidos durante 1997; ninguno de ellos había recibido las inyecciones.

En la mayoría de los países, el perro es el animal con más probabilidades de transmitir la rabia a las personas. Este no es el caso de Estados Unidos, donde las campañas de vacunación han reducido drásticamente el número de casos de rabia canina de unos 5,000 en 1950 a 126 en 1997. Los animales domésticos significan sólo el 7% de los casos de rabia en Estados Unidos, mientras en México 523 de los 715 casos de rabia animal confirmados, o el 73%, se deben a los perros. De los 14 casos diagnosticados de rabia transmitida de perros a humanos en Estados Unidos entre 1980 y 1997, 12 resultaron ser a causa de ataques que ocurrieron fuera del país.

Los animales salvajes constituyen la mayor reserva del virus de la rabia dentro de Estados Unidos, donde la mayoría de las veces ésta se identifica con los mapaches (51% de los casos). Los pequeños roedores como las ardillas, los conejos, las ratas y los ratones ocasionalmente pueden contraer la rabia pero el riesgo de que la transmitan a los humanos mediante una mordedura es muy bajo.

La protección una vez que se ha producido la exposición al virus normalmente debe considerarse sólo en caso de que haya habido contacto a través de la saliva del animal que posiblemente sea portador de la rabia. Si el animal puede ser capturado, las medidas preventivas quizá se retrasen un poco -o se interrumpan una vez comenzadas- si se demuestra que el cerebro del animal no presentaba indicio alguno del virus, o si tratándose de un perro amaestrado, un gato o un hurón no muestra señales de rabia durante un periodo de observación de unos10 días. Perros, gatos y hurones generalmente suelen mostrar síntomas a los tres días de haber contraído la infección, y no se conocen casos de transmisión de la rabia de un gato o de un perro que haya permanecido sano durante una cuarentena de 10 días. Los murciélagos parecen ser los causantes de la mayor parte de las muertes por rabia en Estados Unidos. Los análisis víricos han revelado que de 21 casos de rabia contraída en personas en Estados Unidos entre 1990 y 1997 diecinueve fueron ocasionados por murciélagos. Sin embargo, las mordeduras y arañazos de los murciélagos apenas causan molestias aparentes -e incluso pueden pasar desapercibidos. Sólo uno de los 19 casos de rabia causada por murciélagos entre 1990 y 1997 fue un caso claro de mordedura, y en otros casos se desconocía que hubiera habido contacto físico. En resumen, el tratamiento preventivo para la rabia es aconsejable en aquellos individuos que hayan estado en presencia de murciélagos a menos que la herida de un murciélago pueda ser definitivamente descartada. Esto quizá pueda suponer empezar el tratamiento en casos donde el contacto no esté documentado, como por ejemplo despertar y encontrarse a un murciélago en la habitación.

Los animales que pueden transmitir el virus de la rabia se encuentran esparcidos por todo el mundo, excepto en unas pocas regiones aisladas como Hawai, Australia, Nueva Zelanda y Japón. Las muertes a causa de la rabia en Estados Unidos son muy poco frecuentes, gracias a los esfuerzos para controlar la rabia en los animales, combinados con la disponibilidad de unas medidas protectoras que virtualmente son efectivas al 100%. A escala mundial, sin embargo, el tributo en muertes humanas que la rabia se cobra cada año se calcula en más de 40,000. Los turistas deben tener en cuenta eso, al igual que sucede con muchas enfermedades, la rabia quizá sea más prevalente en otras áreas del mundo, y los tratamientos tan efectivos que normalmente se aplican en Estados Unidos no siempre están disponibles en todos los países.

 

 

linea

volver arriba

 volver atras


Los animales que pueden transmitir el virus de la rabia se encuentran esparcidos por todo el mundo, excepto en unas pocas regiones aisladas como Hawai, Australia, Nueva Zelanda y Japón. Las muertes a causa de la rabia en Estados Unidos son muy poco frecuentes, gracias a los esfuerzos para controlar la rabia en los animales, combinados con la disponibilidad de unas medidas protectoras que virtualmente son efectivas al 100%. A escala mundial, sin embargo, el tributo en muertes humanas que la rabia se cobra cada año se calcula en más de 40,000. Los turistas deben tener en cuenta eso, al igual que sucede con muchas enfermedades, la rabia quizá sea más prevalente en otras áreas del mundo, y los tratamientos tan efectivos que normalmente se aplican en Estados Unidos no siempre están disponibles en todos los países.

linea

 

PRIMERA PLANA | PORTADA | NACIONALES | OPINION | PROVINCIAS | DEPORTES | LATINOAMERICA | COMUNIDAD | REPORTAJES | RELATOS | VARIEDADES | CRONICA ROJA | HOROSCOPO | SOCIALES | EDICIONES ANTERIORES | BUSCADOR DE NOTICIAS | OTRAS SECCIONES

linea
linea gris

bandera de Panama 

 

Copyright 1995-1999, Derechos Reservados, Editora Panamá América, S.A., EPASA