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El Muro de Berlín en la Calle Varsovia

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Redacción
Crítica en Línea

El sol de primavera despertaba aquella mañana de junio, en el día que visitaría el otrora símbolo de la división del mundo. Como curioso investigador de los temas internacionales, nuestra ansiedad llegó a la plenitud cuando desde el autobús, vimos correr una larga pared paralelamente junto al Río Spree: era el Muro de Berlín. En el lado este de la hoy capital alemana, entre las calles Warchauer (Varsovia) y Mühlens, se extiende una sección de la barrera llamada la "East Side Gallery".

El bendito muro significó una realidad política durante la Guerra Fría, algo palpable que había anunciado, casi perfectamente, Sir Winston Churchill en 1947: el famoso "Telón de Acero" de Stalín. La barrera partió a la Alemania Ocupada en dos mundos opuestos que se debatían entre el capitalismo occidental y el socialismo oriental. Costó la vida de cientos de alemanes, condenó en prisión a miles y perturbó la paz mundial a los extremos de llevarnos al borde de una Tercera Guerra Mundial en 1962.

Pues bien, allí estaba la muralla, construida en etapas desde el 11 de agosto de 1961. Pintada con alegrías rebeldes de los alemanes disgustados por la división de su tierra en dos Estados diferentes. Empero, lo mejor que recuerdo de esa breve visita a la East Side Gallery, fue observar el pasillo entre el curso del río y la muralla. Abandonada, hoy sin vigilancia, la vereda fue el límite entre la liberación y la esclavitud. A lo lejos, la Torre de la Televisión Estatal por un lado, y el puente de la Calle Varsovia, por el otro, continúan siendo los mudos testigos del pasado amargo del Muro y el castigo por los horrores de la Segunda Guerra Mundial.

Aunque usted no lo crea, fue una "bola", un simple comentario rumor, lo que hizo tambalear las gruesas paredes de la muralla roja. Debido a la Perentoria de Gorbachev, la huida de miles de alemanes orientales por Hungría y las manifestaciones populares en Leipzig, los ortodoxos dirigentes comunistas de la República Democrática Alemana (R.D.A.), cayeron en la imprudencia de anunciar una flexibilización de las entradas y salidas de ciudadanos de Berlín Oriental hacia el Occidental. Incluso el Secretario de Información del Partido Socialista Alemán, Shabowski, confundido por las presiones, recalcó en la medida que fue divulgada la noche del 9 de noviembre de 1989. Horas después, cadenas de televisión como la ARD alemana y la NBC norteamericana, revelaron la buena nueva del mundo. Sin balas, ni cañonazos, se había desmoronado la pared que rodeaba a Berlín Occidental.

Pregunté a expertos y ciudadanos comunes alemanes sobre las impresiones vividas, en ese instante que conocieron de la caída del Muro de Berlín. Sus respuestas fueron impactantes. Cuando el profesor Karl Braun, docente de Goethe Institut, supo de los sucesos, no quiso creer lo que veían sus ojos por medio de la televisión. Kerstin Elsner, una joven de Brademburgo, tampoco creyó lo que sus compañeros de clases le decían. Mucho menos cuando escuchó las noticias. Lo imposible fue realidad. De repente, la tristeza fue dejada y la alegría sobrecogió a todos los alemanes, me dijo la muchacha.

Tras diez años de esos sucesos, aun hay cierta discrepancia social frente a lo ocurrido en 1989. Un economista de Berlín nos recalcó que todavía persiste en las mentes alemanas la división causada por el Muro. Mientras unos berlineses se sienten desprotegidos por los subsidios que antes se les daba a los habitantes del lado occidental de la ciudad, en la Berlín del Este, ahora unificados, miles de millones de marcos se destinan a reparar los monumentos, edificios y viviendas descuidadas por el régimen socialista de Honecker, por más de 40 años.

Tampoco podemos olvidar las palabras del Doctor José Ignacio Sotero, experto en relaciones internacionales de la Universidad Libre de Berlín, el cual nos mencionó que Alemania recuperó en 1990, su papel clave en el balance regional europeo, como base fundamental de la integración y democratización del Viejo Mundo.

Recordemos que en este año de 1999, se cumplen también nueve años de la Reunificación Alemana, un tres de octubre de 1990, aparte del décimo aniversario de la caída del muro comunista en Berlín. Mejor fiesta no pueden tener los alemanes para conmemorar la unión de la tierra germana en una patria libre y sin barreras.

Por ello, el caso del Muro de Berlín, las lecciones aprendidas durante su existencia, junto con las repercusiones mundiales que causó la muralla socialista, deben hacernos reflexionar sobre los extremismos políticos que tanto tientan nuestras diferencias con el prójimo.

Su servidor así lo aprendió en Berlín. En el atardecer de ese día de junio, ya era notable ver en los jóvenes alemanes una mirada firme hacia un futuro pacífico, en donde Alemania contribuirá con el desarrollo de la Humanidad en el próximo milenio.

 

 

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Su servidor así lo aprendió en Berlín. En el atardecer de ese día de junio, ya era notable ver en los jóvenes alemanes una mirada firme hacia un futuro pacífico, en donde Alemania contribuirá con el desarrollo de la Humanidad en el próximo milenio.

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