El mejor empleado de Panamá es el narcotráfico. ¡No hay duda!, la manera como nos regimos aquí, beneficia a esa portentosa industria criminal que está cambiando nuestros signos sociales pues miles de nuestros "pelaos", permanecen armados en ciudades y barriadas masacrándose entre ellos miserablemente.
El "reality" que estamos viviendo en Panamá, no tiene antecedentes en la historia. El gobierno se la pasa dando más respuestas efectistas que efectivas, mientras que la tragedia que se vive en nuestras calles aumenta vorazmente.
Las estadísticas indican grandes desequilibrios, pero no expresan la magnitud de la desgracia humana que amenaza ahogarnos.
La importancia de país estratégico no es proporcional a nuestra educación y desarrollo, destacándonos como habitat propicio para el crimen internacional.
Con gobiernos efectistas, crecen: Pobreza, informalidad y desempleo, mientras lo que gravita alrededor del eficiente canal, deja escandalosos beneficios al Estado y a poquitos. ¡Alto!, ampliemos la educación a dos turnos diarios, rescatemos niños de las manos del crimen. Invirtamos 1,200 millones de dólares en vez de 600 con doble turno escolar, asegurándoles el "guacho", para pensar 10 años después en una Ampliación del Canal y evitar la vacuidad que atrae al narcotráfico, que de seguro votará que sí, porque le conviene un gran canal más grande, rodeado de pobreza y maleducados.