CRIMENES FAMOSOS Susan Smith encerró a sus dos pequeños hijos dentro del auto y los dejó rodar hacia la muerte

Max Haines
Han pasado cinco años desde que el mundo se centró sobre Unión, en Carolina del Sur y en la desaparición de dos niños pequeños. Sudan Smith tenía 19 años cuando se casó con David, de 20, gerente de la tienda local Winn-Dixie. Para 1994, la joven pareja había tenido dos hijos, Michael de 3 y alex de 14 meses. Por un tiempo el matrimonio pareció ser exitoso, pero antes de mucho tiempo las discusiones acerca de las infidelidades de uno y de otro sirvieron para colocar al matrimonio precariamente cerca del punto de ruptura. Finalmente, David se mudó y se estableció en su propio apartamento. Susan empezó a salir con el soltero más preciado en Unión, Tom Findlay, de 27, cuyo padres era propietario de Conso Productos Co., una fábrica de adornos que empleaba a más de 500 personas. Tanto Tom como Susan trabajan para Conso, el empleador más grande en la unidad comunidad de 9.800 almas. A su tiempo el matrimonio estuvo de acuerdo en divorciarse. Fue bastante amistoso. A David se le dio acceso ilimitado a sus hijos, a los que amaba con pasión, al igual que Susan. Susan y Tom iban al cine, hacían largas caminatas y a menudo se encontraban para cenar. Susan creía firmemente que él la amaba. Ciertamente ella había sucumbido al adinerado y deslumbrante Tom Findlay. Por eso quedó totalmente desolada cuando recibió una carta de Tom declarando que ella realmente le gustaba pero que no se sentía lo suficientemente maduro para tomar la responsabilidad de una esposa y dos hijos pequeños. La próxima vez que Susan vio a Tom tuvo un ataque de furia y le hizo saber lo que pensaba de él. Al día siguiente, el 25 de octubre de 1994, Susan condujo su Mazda Protegé borgoña a la orilla del lago John D. Long. Sus dos hijos estaban perfectamente asegurados en sus sillitas en el asiento trasero. Ambos niños estaban dormidos. Susan se detuvo en una rampa que llevaba al lago. Eran alrededor de las 9 de la noche calma y oscura. De acuerdo a la declaración de Susan más tarde, aplicó el freno de mano y se bajó del auto. Pensó en su matrimonio roto, el rechazo de Tom y en la futilidad de su vida. Terminaría con todo y se llevaría a los niños con ella. Fuera cual fuera el proceso de los pensamientos que pasaban por su mente, el instinto de conservación persistió. Se estiró, presionó la parte de arriba del freno de emergencia del Mazda y bajó la palanca. Lentamente el auto se deslizó hacia el lago. Susan cerró la puerta fuertemente, sellando el destino de sus dos pequeños hijos. Observó mientras el auto flotaba levemente sobre las oscuras aguas y se alejaba de la costa. Luego, lentamente, se hundió con su carga humana dentro. Shirley y Rick McCloud oyeron los gritos histéricos que provenían del porche del frente. Corrieron a la puerta y fueron recibido por una Susan Smith que solloza incontrolablemente. "Por favor, ayúdeme, por favor, ayúdeme. Tiene a mis niños y tiene mi auto". Los McCloud se las arreglaron para calmar a la trastornada mujer y finalmente se enteraron de la razón de su angustia. Susan les contó que un hombre negro había tomado su Mazda y sus hijos a punta de pistola. Ella se había parado en un semáforo en rojo en Highway 49, justo en la curva hacia el lago. Los McCloud llamaron a emergencias. La policía llegó e inmediatamente se instituyó una cacería para recobrar a los niños raptados. Los ciudadanos de Unión habían oído de raptos de autos que habían tenido lugar en ciudades distantes como Nueva York o Chicago, pero nunca en la tranquila y pacífica Unión. La noticia del extraño crimen fue proclamada a gritos por la estación de radio WBCU, la única emisora de la ciudad. El Union Daily Times publicó la historia en primera plana. El pueblo no hablaba de otra cosa. Todos rezaban por el pronto retorno de Michael y Alex. El Sheriff Howard Wills sabía que tenía en sus manos una situación potencialmente explosiva. Unión tenía una población del 70 por ciento de blancos y el 30 por ciento de negros. Los medios de difusión de los Estados Unidos cayeron sobre la ciudad. El Sheriff Wells apareció en el programa Today y en Larry King Live. La nación y ciertamente el mundo entero quería saber más del drama. A los dos días de estar en la investigación, los detectives se preguntaban cómo un hombre negro con dos niños blancos en el asiento trasero del Mazda podía seguir prófugo durante tanto tiempo. Sintieron que era posible que el auto hubiera sido arrojado al lago. Se emplearon varios buzos para buscar en el fondo cerca de la rampa, pero no se encontró nada. Ambos padres estuvieron más que dispuestos a someterse al detector de mentiras. David pasó con todos los honores. Los resultados de San fueron menos satisfactorios. Ellos indicaron un nivel de engaño cuando se le preguntó, "¿Sabe dónde están sus hijos?" 'Era posible que hubiera llevado los niños en secreto a algún lugar distante, quizás con un pariente lejano? ¿Qué razones tendría? Habían algunas inconsistencias en su historia. El Sheriff Wells se preguntó cómo podía haberse detenido ante un semáforo en rojo cuando la luz en la intersección está permanentemente en verde a menos que un auto en la calle que cruza apretara la señal para cambiar. Susan les había dicho que no había autos cerca en la noche del secuestro. Además estaba la pregunta de su destino esa noche. Ella le había dicho al Sheriff que estaba en camino para visitar a Michael Sinclair, el prometido de su mejor amiga. Pero Michell no la había estado esperando. Ni siquiera estaba en casa esa noche. Susan dijo que en las horas previas a las 9:00 de la noche había estado de compras con sus hijos en Wal-Mart, sin embargo nadie recordaba haberla visto allí. Enfrentada con la discrepancia de Wal-Mart, Susan cambió su historia. Ahora declaró que había estaco conduciendo sin rumbo fijo, pero tuvo miedo de contar la verdad por temor que atrajera sospechas en su dirección. Susan apareció en televisión rogando por el pronto regreso de sus hijos sanos y salvos. Con David a su lado, relató cómo rezaba cada día por su regreso. Entre sollozos, controlándose a duras penas, imploró al raptor que mostrara compasión y devolviera a los niños a su padres y a su madre. Para entonces, los ciudadanos de Unión y de la nación compartían la agonía experimentada por la joven pareja quienes inexplicamente habían perdido a sus hijos. El Sheriff Wells y su equipo de investigaciones no podían entender por qué no apareció el Mazda Protégé. En el quinto día después del supuesto secuestro, Susan apareció en las tres redes de televisión más importantes, y declaró nuevamente quen o tenia nada que ver con la desaparición de sus hijos. Más tarde, ese mismo día, le confesó al Sheriff Wells que ella había asesinado a Michael y Alex. Susan contó cómo había planeado su suicidio junto con la muerte de sus niños. Repitió una y otra vez cuánto amaba a sus hijos. Reveló que el auto, con los niños dentro, podría ser encontrado en John D. Long Lake, Los buzos corrieron a la base de la rampa. No podía comprender cómo habían dejado de ver el vehículo durante las zambullidas previas. Se dieron cuenta que habían cometido un error. Habían supuesto que cualquiera que quisiera deshacerse de un vehículo rampa abajo, lo enviaría a toda velocidad. No imaginaron que el asesino lo dejaría rodar lentamente dentro del agua. Un auto que se mueva a toda velocidad se hunde casi inmediatamente. Un auto al rodar lentamente dentro del agua tiende a flotar y derivar lejos de la orilla. Esta vez los buzos localizaron el Mazda a alrededor de unos 30 metros de la orilla. Previamente lo habían perdido por unos 3 ó 4 metros. Dentro del Mazda estaban los cuerpos de Michael y Alex Smith. Susan, ahora uno de los asesinos más despreciados acusados alguna vez de homicidio en los Estados Unidos, languidecía en la cárcel, esperando justicia. En el verano de 1995, se declaró no culpable de asesinato. Su abogado intentó probar que había estado legalmente insana cuando soltó el freno de emergencia del Mazda para enviarlo rodando dentro del lago. Durante el juicio, salió a la luz que Susan había intentado suicidarse una vez cuando tenía 13 años, y nuevamente a los 18. Su padre biológico se había suicidado de un disparo cuando Susan tenía siete años. Además, su padastro un acaudalado hombre de negocios de Unión, la había, según su propia admisión acosado sexualmente cuando ella tenía 16 años. Susan Smith fue encontrada culpable de asesinato y sentenciada a cadena perpetua sin posibilidades de salir bajo palabra por 30 años. Está ahora cumpliendo esa sentencia.
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