Los chiquillos traviesos al ver al policía comenzaron a gritarle en son de broma "Policía, pata podrida...".
El agente se sonrió y siguió su marcha por el barrio. Él tenía asignada la tarea de cuidar esa comunidad y lo hacía con entusiasmo.
Poco a poco fue conociendo a los personajes del lugar. Y recibió muestras de respeto y amistad.
Cuando uno que otro maleante quería hacer de las suyas, lo evitaba lo antes posible. Incluso la gente lo ayudaba a detenerlo porque no querían maldad allí.
La mayoría de sus residentes eran gente buena, trabajadora y honesta. Unas cuantas "manzanas podridas" no dañarían este buen ambiente.
Una vez hicieron una canción popular, en la que exaltaban el papel de los policías como "buenos candidatos" para el matrimonio.
Si mal no recuerdo, decía así: "Mujer, no seas zoqueta, cásate con policía, que gana noventa pesos trabajando noche y día".
Este panorama que era frecuente en muchos barrios "del Panamá de ayer", cambió por culpa de la dictadura militar narcotraficante.
Esos veintiún años de violaciones a los Derechos Humanos, convirtió a policías, guardias nacionales y finalmente, fuerzas de Defensa, en personajes odiados.
Todavía hoy siento cierta "urticaria" cuando veo policías vestidos como soldados. Auque en la Constitución se eliminó el Ejército (militarismo), no he borrado recuerdos de la dictadura.
Les digo a mis alumnos de Periodismo que hay que buscar "las dos caras de la moneda". Agrego que así como se critica lo que consideramos negativo, hay que destacar lo positivo que hagan o realizan funcionarios y personas.
Por eso debo señalar el sacrificio de miembros de la Policía, que perdieron la vida cumpliendo con su deber de proteger la sociedad.
En lo que va del año, han muerto seis policías en estas circunstancias. La mayoría eran jóvenes que tenían una provechosa vida por delante.
Cualquier honor y atención que se les brinde después de muertos, y a sus familiares, está justificando también el respeto de lo que deseamos vivir en una "cultura de paz".
Añado que me ha llamado la atención charlas que han dado miembros de la Policía a jóvenes estudiantes, incluyendo colegios que tradicionalmente tienen conflictos con ellos.
Aunque no será fácil, ojalá algún día dejemos de ver en estos policías a los abusadores de la dictadura...