El plan gubernamental de promover el uso de los anticonceptivos entre la población más pobre enfrentó al presidente de Filipinas, Benigno Aquino, y a la influyente Iglesia Católica del país.
El director de asuntos públicos de la Conferencia Episcopal, Deogracias Yñiguez, aseguró que no se quedarán parados si el Gobierno sigue adelante con la iniciativa y apoyarán las manifestaciones de protesta que se organicen.
Por su parte, el padre Melvin Castro vinculó el plan oficial con los 434 millones de dólares que Estados Unidos concedió a Filipinas como ayuda para que cumpla con los Objetivos de Desarrollo del Milenio, entre los que figura la reducción de la pobreza.
"Es una cantidad pequeña si la comparamos con los valores morales que perderemos. Al parecer, por esa miserable cantidad de dinero en el nombre de la lucha contra la pobreza otra vez se está vendiendo el alma de los filipinos", opinó el padre Castro.