Perú inició una ofensiva diplomática para extraditar al ex presidente Alberto Fujimori, quien vive en Tokio, acusando a Japón de amparar la impunidad y bajo la amenaza de acudir a la Corte de La Haya en caso que ésta no proceda.
El presidente Alejandro Toledo utilizó el podio de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) y de la Organización de Estados Americanos (OEA) en la semana pasada para instar a Japón a "no amparar la impunidad y la corrupción".
La ofensiva se produce en vísperas de que el gobierno peruano remita en octubre a Tokio un cuestionario de preguntas que le envió la justicia japonesa, pidiendo precisiones sobre la acusación que sustenta la solicitud de extradición.
Las respuestas de Lima llegarían acompañadas de una segunda solicitud de extradición por un caso de pagos ilegales por 15 millones de dólares a su ex asesor Vladimiro Montesinos, dejó entrever el canciller Manuel Rodríguez.