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Cuando de defender intereses personales, familiares, comerciales o empresariales, somos expertos y los defendemos a capa y espada. Lo cual no es criticable ni deplorable, ya que hay un viejo adagio que reza: "A lo tuyo, con razón o sin ella". El cual a diferencia de otros adagios, este sí lo cumplimos al pie de la letra.
Lo inaceptable, lo censurable es cuando a expensas de la defensa de nuestros derechos o intereses perjudicamos a terceros. Allí no hay argumento ni excusa que valga. Ya que existe otro adagio que dice "Tu derecho llega hasta donde comienza el de tu vecino".
Y no existe razón justificable, para afectar a otros, con mis reclamaciones. Tal es el caso de trancar vías de comunicación y obstaculizar el libre tránsito entre otros. Cuando un grupo de residentes de una barriada o un sector de transportistas impiden el libre ejercicio del derecho de los demás además de atentar contra las leyes establecidas, están atentando contra los derechos humanos de las demás personas.
En muchos casos con los "tranques" se impide el paso de ambulancias que llevan enfermos y heridos graves. Se conocen casos de decenas de personas que han perdido sus viajes al extranjero, porque no han podido llegar a la terminal aérea a tiempo.
Productos perecederos se han dañado, al no poder llegar en el tiempo perentorio a su destino; así como decenas de citas y de negocios que se han perdido debido a esta práctica insana y en nada justificable. |
