A veces, sobre todo en cocinas o cuartos de baño debido al vapor o a la mala colocación, alguna baldosa queda floja con el peligro de que se caiga. Sustituirla por otra nueva no es demasiado difícil, aquí te damos cuatro pasos a seguir.
Una baldosa floja se quita haciendo palanca con un cuchillo o un destornillador o si se puede con los dos a la vez desde lados distintos. Después de quitar la baldosa se remoja con agua para quitar los restos de cemento durante 2 horas. Pasado ese tiempo hay que dejarla completamente limpia rascando con una espátula.
El hueco que ha quedado al sacar la baldosa también debe estar perfectamente limpio de restos de cemento, primero quitando el polvillo y si hace falta, picando con un martillo y unos cortafríos hasta que dejemos el hueco suficiente para poner la nueva baldosa. El mortero, que es la mezcla de cemento que se utiliza para pegar la baldosa a la pared, ha de ser fluido para permitir el desplazamiento de la baldosa dentro del hueco. Finalmente, hay que colocar el mortero dentro de la cavidad ya limpia, distribuyéndolo con una paleta estrecha y haciendo presión hacia los lados. |