Lunes 21 de sept. de 1998

 








 

 

EDITORIAL
El Casco Viejo de la Capital y las ruinas de Panamá la nueva

A pesar de que la UNESCO declaró el Casco Viejo de la Ciudad de Panamá como "patrimonio de la humanidad", la acción oficial no se siente en el barrio de San Felipe que es donde está ubicado este sitio histórico citadino.

Da lástima, por decir lo menos, que muchas de la edificaciones estén en ruinas y llenas de basura, ya que los residentes en este sector han convertido en un vertedero de desechos a las instalaciones que aún quedan en pie. Lamentable es que también permanezcan enrejillados sitios como el Arco Chato de Santo Domingo, pero imaginamos que es para evitar la acción de los depredadores y que acumulen mayor suciedad.

Como está actualmente, el Casco Viejo no ofrece ningún atractivo. El desaliño y el deterioro es su característica. Pero culpamos a las autoridades pertinentes porque con actitud mezquina no le han otorgado nunca un presupuesto decente a Patrimonio Histórico del Instituto Nacional de Cultura. El Instituto Panameño de Turismo tampoco promueve al Casco Viejo, presumimos que por la falta de seguridad que hay en esa área que la han saturado de damnificados.

A pesar de que es una distinción importante que se haya declarado "patrimonio de la humanidad" el Casco Viejo, todavía marchan lentos los esfuerzos para restaurar este sector. Porque no es desalojando a los moradores de San Felipe como se soluciona el problema, sino con un cambio de mentalidad de los que habitan en este barrio histórico.

En años anteriores existió un club Santo Domingo que se preocupaba por el ornato y la higiene del sector. A nadie se le ocurría robar allí porque había una férrea vigilancia de los vecinos. Pero los políticos, por obtener votos, fueron llenando los inmuebles de damnificados que se convirtieron en permanentes y dañaron el barrio. Aunque ahora es difícil remediar la situación, sabemos que no es imposible. Sólo hace falta buena voluntad y carácter enérgico para que se cumplan las disposiciones legales al residir en el sector, tal como ocurre en Cartagena de Indias, el viejo San Juan, la Habana Vieja y Nueva Orleans.

Si el gobierno quiere, puede cumplir con el objetivo que el Casco Viejo sea realmente turístico. Pero tiene que poner la política de un lado. Que comprenda que esta es una inversión donde no se puede regatear el presupuesto. De lo contrario, el Casco Viejo será las ruinas de Panamá la nueva.

 

 

 

 


 

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Carnaval en Radio Reforma de Chitré que mañana cumple 40 años de fundada.


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