EDITORIAL
El Casco Viejo de la Capital y las ruinas de Panamá la nueva
A pesar de que la UNESCO
declaró el Casco Viejo de la Ciudad de Panamá como "patrimonio
de la humanidad", la acción oficial no se siente en el barrio
de San Felipe que es donde está ubicado este sitio histórico
citadino.
Da lástima, por decir lo menos, que muchas de la edificaciones
estén en ruinas y llenas de basura, ya que los residentes en este
sector han convertido en un vertedero de desechos a las instalaciones que
aún quedan en pie. Lamentable es que también permanezcan enrejillados
sitios como el Arco Chato de Santo Domingo, pero imaginamos que es para
evitar la acción de los depredadores y que acumulen mayor suciedad.
Como está actualmente, el Casco Viejo no ofrece ningún
atractivo. El desaliño y el deterioro es su característica.
Pero culpamos a las autoridades pertinentes porque con actitud mezquina
no le han otorgado nunca un presupuesto decente a Patrimonio Histórico
del Instituto Nacional de Cultura. El Instituto Panameño de Turismo
tampoco promueve al Casco Viejo, presumimos que por la falta de seguridad
que hay en esa área que la han saturado de damnificados.
A pesar de que es una distinción importante que se haya declarado
"patrimonio de la humanidad" el Casco Viejo, todavía marchan
lentos los esfuerzos para restaurar este sector. Porque no es desalojando
a los moradores de San Felipe como se soluciona el problema, sino con un
cambio de mentalidad de los que habitan en este barrio histórico.
En años anteriores existió un club Santo Domingo que se
preocupaba por el ornato y la higiene del sector. A nadie se le ocurría
robar allí porque había una férrea vigilancia de los
vecinos. Pero los políticos, por obtener votos, fueron llenando los
inmuebles de damnificados que se convirtieron en permanentes y dañaron
el barrio. Aunque ahora es difícil remediar la situación,
sabemos que no es imposible. Sólo hace falta buena voluntad y carácter
enérgico para que se cumplan las disposiciones legales al residir
en el sector, tal como ocurre en Cartagena de Indias, el viejo San Juan,
la Habana Vieja y Nueva Orleans.
Si el gobierno quiere, puede cumplir con el objetivo que el Casco Viejo
sea realmente turístico. Pero tiene que poner la política
de un lado. Que comprenda que esta es una inversión donde no se puede
regatear el presupuesto. De lo contrario, el Casco Viejo será las
ruinas de Panamá la nueva.


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