MENSAJE
"Para que te hagas hombre"
Hermano Pablo
Costa Mesa, California
"Si eres hombre, tienes
que tomar como hombre", dijo Tomás Jiménez. Y le alcanzó
una copa llena de coñac a su compañero. El compañero
lo tomó, haciendo gestos de desagrado y visible repugnancia. Al rato
fue la misma cosa. "Tómate otra copa. Si eres hombre, debes
aprender a beber". Y entre las risas de Tomás y los gestos y
visajes del otro, se acabó la segunda copa.
Cuatro veces en el lapso de una hora, y a instancias de Tomás,
pasó lo mismo, hasta que el compañero cayó víctima
de convulsiones. ¿Quién era el compañero? Era un niño
de cinco años de edad, hijo de la amante de Jiménez. El niño
murió a los dos días en un hospital de Texas.
"Es el peor caso de insensatez que he conocido", dijo Mark
Bigler, sargento de policía. El alcohol es dañino para todo
el mundo, pero para organismos jóvenes, como son los dos de un niño
o un adolescente, es veneno que puede ser mortal. Hacer beber alcohol a
un niño, sólo por diversión, o por esa estúpida
razón de que "tiene que hacerse hombre:, es sencillamente criminal.
Hay padres que enseñan a sus hijos adolescente a fumar y a beber.
"Tiene que hacerse hombre", dicen éstos a las madres, que
por lo general tienen aprensión natural a estos vicios. Otros individuos
llevan a sus hijos a los clubes nocturnos para que conozcan mujeres, porque,
dicen ellos: "Para hecerse hombre hay que conocer a la mujer".
Estas son de las peores manifestaciones de machismo ignorante que se
pueden concebir. Hacerse hombre, hombre cabal, íntegro, recto y noble,
es no ceder a los vicios y a las pasiones de la naturaleza pecaminosa. Por
cierto, es controlarlos, dominarlos y vencerlos.
Cuando un hombre se emborracha no se hace más hombre, sino que
rebaja, envilece, desmerece y degrada su condición de hombre. No
es hombre cabal y verdadero el que voluntariamente suelta su control, pierde
su mente y anula su sentido moral.
Sólo sometiéndolos al señorío de Jesucristo,
haciendo de El el Señor absoluto de nuestra vida, estaremos libres
de aberraciones y anomalías y desvíos y vilezas. Sólo
así llevaremos una vida sana, y seremos dignos de ser llamados "hombres".


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