El desconocimiento en ocasiones nos hace crueles con los demás. En este caso, cuando se habla de toxoplasmosis, la relaciona con los gatos. Pero déjenme decirles que están muy equivocados.
Es cierto que en los gatos culmina el ciclo de vida de la toxoplasma Gondii, parásito que causa la toxoplasmosis, pero esto sólo ocurre de 3 a 20 días, máximo, en toda la vida del felino.
Además, el gato no tiene toda la responsabilidad, la toxoplasmosis es transmitida a los felinos por los ratones.
Según el veterinario Dimas Pérez, de la Fundación San Francisco de Asís, existen dos formas de contagiarnos con esta enfermedad. La primera, y menos común, es el contacto directo con el excremento del gato, durante los 20 días en los que está contaminado con el toxoplasma.
Por lo general, el gato hace sus necesidades en un agujero en la tierra o arena y lo tapa. Si después que el gato hace sus necesidades, tienes contacto con las heces, puedes contaminarte. Otra forma directa es que el gato al momento de expulsar el excremento se ensucie y tú lo acaricies, no te laves las manos, y no comas con las manos sucias.
CUIDA LO QUE COMES
La forma más común de adquirir la enfermedad es la indirecta. Al estar las heces en el subsuelo son absorbidas por las hierbas, que son devoradas por el ganado, que se contagia y su carne pasa a nuestras mesas.
Debido a lo anterior, la enfermedad se puede adquirir al ingerir carnes mal cocinadas, vegetales y frutas sin lavar o mal hervidas, al no lavarse las manos después de manipular tierra o arena o después de acariciar a su mascota.
Cabe resaltar que la toxoplasmosis que es una enfermedad parasitaria que afecta a todos los animales de sangre caliente, incluyendo gallina, puercos, perros, ratones y hasta el ser humano.
En ocasiones las personas tienden a alejar a los gatos de las mujeres embarazadas. Pero, no es necesario, con un simple examen ginecólogo se puede determinar si padeces de la enfermedad y proceder a su tratamiento si es necesario.