La campaña no puede ser más agresiva... ya hasta en los buses están apareciendo los latosos "lateros" -esos, que, lata en mano- anuncian su cualquier campañita para un enfermo dizque de SIDA..., después de todo, negocio es negocio, así sea a costilla de un moribundo. Lo cierto es que esa enfermedad llegó, se plantó y está entre nosotros con todo y el uso del bendito condón, accesorio este avalado tanto por el Ministerio de Salud como el de Educación. Pero, ¿es el condón la solución como prevención contra este terrible mal? La gente de la calle dice que no.
Yo recomendaría a los cuates del MINSA y los del MEDUC que, en vez de andar repartiendo condones alegremente, y diciéndole a la gente que tenga sexo, que inicien con los estudiantes de primaria y secundaria, un ciclo de visitas a los hospitales para que en el terreno de los hechos, estos jóvenes sean testigos de los estragos que está causando el SIDA, aquí en Panamá. Muéstrenles especialmente aquellos casos de pacientes terminales que ya no tienen esperanza de vida... pudiera ser que hasta reconozcan a algún amigo o pariente que alguna vez exclamaron, "¿SIDA... yo? 'tan locos... eso es pa'los bobos". Pero resulta que el bobo es ese amigo o pariente que no creyó en las advertencias que le hacían, y que ahora está abriendo las puertas del infierno por su mala cabeza, infectado por el mortal SIDA que no tiene preferencia por sexo, raza ni edad, ya que hasta el embrión queda infectado, es decir, que el niño antes de nacer ya viene contagiado. ¿Es esto justo? ¡Claro que no! pero como los adultos nunca pensamos en los niños, allá va eso, chulumbluc adentro y contagio.
La campaña contra el SIDA es buena, pero hay que enfrentar a los que dudan, es decir a aquellos que se enorgullecen de pertenecer al Club SeConSi -Sexo, Condón y SIDA- con aquellos para quienes dudar, ahora, ya no tiene ningún valor ni significado. Lo siento por los contagiados, y lo siento por los que no les importa quedar contagiados, pero más me duele por los niños... ¡Au Revoir! |