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Pistoleros disfrazados con el velo que llevan muchas mujeres afganas hicieron disparos y lanzaron por lo menos una granada contra un mercado de verduras, frecuentado por soldados afganos, dejando un saldo de por lo menos seis heridos, según testigos.
Dos de los heridos eran soldados, dijeron los testigos.
Los atacantes fueron un chofer de taxi y dos individuos ocultos bajo las burkas tradicionales de las mujeres afganas, que lanzaron los explosivos en momentos en que cientos de clientes hacían sus compras en el mercado, poco antes del almuerzo.
Tras el atentado, numerosos residentes del lugar rodearon el taxi, capturaron al chofer y lo entregaron a la policía, pero los individuos ocultos bajo las burkas lograron escapar, según los testigos.
No pudieron determinarse de inmediato ni el motivo del atentado ni las identidades de los agresores. El jefe de inteligencia de Kandahar, Haji Gulalai, llegó al lugar 15 minutos después del ataque, pero no formuló declaraciones a la prensa.
Los dos soldados lesionados se hallaban en estado grave en el hospital Mirwais de Kandahar, dijeron empleados de ese centro médico.
Un soldado que fue al hospital para interesarse por la salud de los heridos, Mohammed Shasi, dijo que el ataque estuviese dirigido específicamente contra los soldados.
Testigos dijeron que cuatro civiles resultaron también lesionados, pero no fueron hospitalizados.
La violencia recalca los problemas de seguridad que han comenzado a surgir en el sur de Kandahar, donde el ejército norteamericano mantiene una de sus dos guarniciones principales del territorio afgano.
El 5 de septiembre, Kandahar fue escenario de un atentado frustrado contra el presidente Hamid Karzai. |
