El juez español Baltasar Garzón, que procesó a Osama bin Laden y a 34 de sus seguidores, ordenó la detención de otros cinco presuntos miembros de Al Qaeda, dentro de la investigación que señala a España como uno de los escenarios donde se prepararon los atentados del 11-S.
A estos cinco nuevos procesados se les acusa de integración en la red terrorista Al Qaeda y de haber realizado labores de propaganda, apoyo e infraestructura para la red terrorista, así como de haber preparado a "muyahidines" (guerrilleros islámicos).
Dos de las detenciones tuvieron lugar en la ciudad andaluza de Granada, mientras otros dos presuntos integristas fueron arrestados en Madrid y el quinto en Benitachel, localidad de la región española de Valencia.
Los presuntos miembros de Al Qaeda detenidos en Granada son de origen sirio y fueron identificados como Jamal Husein, quien residía en la población de Huétor Vega, cerca de la capital granadina, y Hasán Al Husein, que vivía en la vecina Alfacar.
Ambos tienen relación con el periodista de la cadena qatarí Al Jazeera Taysir Alony, un español de origen sirio que fue encarcelado la pasada semana tras ser arrestado en la capital granadina.
El detenido en Benitachel es el marroquí Sadrik Merizak, quien coincidió en un campo de entrenamiento afgano con Ahmed Abderrahaman, un español capturado durante la guerra de Afganistán y que se encuentra recluido en la base estadounidense de Guantánamo, en Cuba.
Merizak podría formar parte de una "célula durmiente" (inactiva) de la organización terrorista en España, explicó el delegado del Gobierno en la región de Valencia, Juan Cotino.
CULPABLES POR AYUDAR AL TALIBAN
Los hermanos Muhammad Ibrahim Bilal, de 25 años, y Ahmed Ibrahim Bilal, de 23, dos hombres vinculados a una célula terrorista de Portland (Oregón) se declararon culpables de conspiración para ayudar a los talibanes de Afganistán y posesión de armas. |