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Adultos y jóvenes de diversas edades y procedencia académia se dan cita en la USMA.  |
Resumir el vértigo, la ansiedad, el delirio, la profundidad, el entusiasmo, el chispazo de la controversia, y el ¡ay! de la sorpresa: Esa es la tarea colosal que se le ha impuesto al periodista que acudió el sábado último a la sesión mensual del Círculo de Lectura (CLEC) de la USMA, y hoy tiene apenas unas cuantas pulgadas columnarias para describir la ambrosiaca convocatoria. Y debe hacerse en un texto sin fisuras, pues seguro será leído por el riguroso grupo que acudió a la cita, y demostró ser uno de los más voraces y críticos de la ciudad. ¿Qué tal si lo planteamos como García Márquez lo hizo con su "Otoño del Patriarca", en un discurso torrencial y privado de pausas, sin las molestosas hormiguillas de los signos de puntuación, cual largo testamento egipcio, sin brincos de párrafo a párrafo? ¡Seguro no le gustará al profesor Arturo Ríos Torres, coordinador del Círculo, quien sentó al periodista a su lado!
¡El que menos tolerará semejante desvarío será Ariel Barría Alvarado, escritor de gran vuelo y temperamento de pediatra, quien fue el que condujo la reunión, y con su don de hipnotizador fue señalando el trillo para hacerla placentera! Tal vez Rosemary Tapia, también autora y madrina del CLEC, se sienta desilusionada al abrir el diario y encontrarse con semejante potingue. Pero el periodista no tenía salida, así que debió hacerlo así, pero no pudo prescindir de puntos, comas y otras sabandijas parecidas, pues ni él mismo toleraba la asfixia al leer de corrido aquel Frankestein sin suturas.
La sesión del CLEC, pues, fue una fiesta del alma que duró dos horas exactas. El primero en encender motores fue un chico del Instituto José Dolores Moscote, quien puso en el centro de la sala la bomba de "El Ahogado" de Tristán Solarte, lo que abrió paso para que se citara la obra de Víctor Fernández Cañizales sobre este libro que puso a nuestro Guillermo Sánchez Borbón, en el firmamento literario hispanoamericano.
"Cicatrices Inútiles" de Jorge Thomas fue la puerta de entrada a una sutil recámara de discusión sobre el tema de la invasión, en la que abundaron las anécdotas y los velados discursos anti estadounidenses y anti norieguistas (¡inútil invasión... inútiles los muertos... inútil cicatriz que no se cierra!). Se mencionó que Diana Candanedo estará presentando el próximo mes un libro que resume su trabajo de 37 años en el Consejo de Gabinete de la presidencia de la República. Es "la historia secreta de la Presidencia", dijo Ríos Torres.
En una mesa detrás de todo el grupo un jovencito de nombre Ramón Francisco Jurado, nieto del aureolado Ramón H., autografiaba algunos ejemplares del libro que el 9 de octubre presentará a la crítica panameña: "Mirada Siniestra", la primera novela policíaca del país, que empezó a escribir cuando entró a la USMA para estudiar derecho, y ahora saca a la luz con el apoyo de la editorial GEMINIS, que la distribuirá en Centroamérica y el Caribe. Como de una muñeca rusa, del fondo de este tema surgió otro: García Márquez y su "Cien Años de Soledad", que una jovencita no mayor de 21 años se estaba leyendo por segunda vez; Kafka (que resultó tener parientes en Panamá) y su "Metamorfosis", leída por estudiantes de biología de la Universidad de Panamá, quienes trataban de determinar en cuán de tantos bichos se convertía el protagonista; Carlos Fuentes (quien antes de ser mexicano había nacido en Panamá); Hamlet, cuya representación están preparando -¡por diversión!- unas estudiantes del colegio Las Esclavas; para cerrar con un duelo casi mordaz, y que parecía hacer naufragar el barco del diálogo, que tuvo como centro motor la colisión entre el feminismo y el talento de Marcela Serrano e Isabel Allende. Todo esto en dos horas exactas, y antes de un brindis salvífico basado en bocadillos y soda... ¡La próxima reunión será el 19 de octubre... a la misma hora y en el mismo salón! |