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EDITORIAL
Fuerte Amador
El área de Fuerte Amador y su Calzada, tiene un gran potencial turístico, por eso ha generado reacciones contrarias el proyecto de la Autoridad de la Región Interoceánica (ARI), de permitir la construcción de condominios en ese sector.
Amador debe estar destinada para impulsar la industria sin chimeneas y llenarla de condominios, estaría limitando su desarrollo.
Lo más correcto es llenar de hoteles e instalaciones atractivas al turismo, que generen empleo. Ya en la antigua instalación del Comando Sur, se observa el auge turístico.
Sólo hay que darse una vuelta los fines de semana y observar los negocios repletos de nacionales y extranjeros que disfrutan de la belleza de la Calzada de Amador. Hace poco se lanzó la loca idea de trasladar el hipódromo a Amador, ahora se piensa cambiar la zonificación, para permitir condominios.
Lo más hermoso de Amador es la vista al mar. Si se empieza a construir a lo loco, sin tomar en cuenta las recomendaciones contempladas en los planes de desarrollo, pronto se perderá el litoral y Amador quedará convertido en otro Punta Paitilla repleto de condominios y sin facilidades para el tráfico vehicular.
Los países que tienen ciudades que colindan con las bahías, hacen lo posible por conservar el área, pero en Panamá se hace lo contrario. La vista a lo largo de la avenida Balboa se ha ido perdiendo poco a poco. Ahora vamos contra Amador. Si el Museo de Biodiversidad que construye Frank Gehry a un costo de 40 millones de dólares, así como los puertos para cruceros y el boulevard de la moda, todos en Amador, tienen el éxito que se espera, el llenar de condominios ese sector turístico, estaríamos limitando su desarrollo.
Las 161.9 hectáreas de Amador tienen un gran potencial. El gobierno a través de la ARI invirtió 35 millones de dólares en infraestructura, pero pareciera que queremos matar la gallina de los huevos de oro. Hay que meditar lo que se pretende y dar un paso atrás.
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PUNTO CRITICO |
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