La primera vez que conocí a un "infiltrado" tenía quince años.
Participaba en una marcha de institutores hacia la presidencia, protestando por cuestiones educativas.
De repente aparecieron unas cuatro personas jóvenes que no eran "aguiluchos". Tenían una pancarta contra "el imperialismo yanqui" y se metieron en la marcha "como si nada"...
Me llamó la atención, pero seguí mi camino.
Pasaron los meses y asistí a un mitin político en Santa Ana, por pura curiosidad de adolescente.
Cuando estaba en lo mejor, alguien gritó "Viene la Policía" y algunos corrieron. Vi cómo unos sujetos desconocidos volteaban tinacos llenos de piedras "de río", para tirárselas a los policías.
Se formó el "corre corre". Unos sujetos comenzaron a romper las vitrinas de negocios cercanos a Santa Ana. Incluso uno hizo un disparo contra el fuerte vidrio.
Al día siguiente, los que organizaron el mitin señalaron que era pacífico, y que los que crearon los desórdenes eran "desconocidos".
Volviendo al Instituto Nacional, se había organizado una marcha contra el "gobierno oligárquico" para pedir mejoras educativas.
Cuando me dirigía a la calle, vi a un señor con pantalón azul y camisa blanca hablándole a un grupo. No lo conocía y eso me extrañó.
El sujeto tenía mucha barba afeitada para ser adolescente.
Decía el "infiltrado" que había que "darle contenido a la protesta. Que en lugar de ir a Santa Ana, se marchara a la Zona del Canal, porque era el "imperialismo yanqui" el verdadero culpable de todos los males panameños.
Eso no era el objetivo de la protesta. En voz alta pregunté: "¿Tú quién eres?". Rápidamente dijo que estaba en sexto año. Le grité: "¡Mentira, yo conozco a los de sexto año porque estoy allí!".
Poco a poco, el sujeto se retiró. Meses después me enteré por un periódico, que era uno de los dirigentes del clandestino partido comunista panameño...
"Infiltrados" ha habido en casi todas las actividades de masas. Cuando la dictadura de Noriega, a gente de ese tipo se les llamaba "sapos".
Trabajaban en el tenebroso G2 y estaban en todos lados. Los había en la Universidad (tuve uno en mi salón). Algunos se disfrazaban de taxistas para hacer hablar a la gente contra Noriega. Y luego los llevaban a la cárcel...
La Cruzada Civilista también tuvo sus infiltrados. Una "leyenda urbana" (cuento), dice que en una visita de dirigentes civilistas al dictador, para pedirle su salida, riéndose señaló:
A ustedes los tengo bien vigilados. Aquí está la versión de la reunión que tuvieron anoche, y que dizque era secreta".
No entiendo tanta bulla por supuestos "infiltrados" en protestas del Instituto Nacional.
