"Las apariencias engañan", reza un conocido refrán que va muy acorde con un curioso hecho ocurrido la madrugada del pasado domingo, en la Avenida Juan Pablo Segundo, en el corregimiento de Ancón.
Todo comenzó cuando varios sujetos querían pasar "una noche de copas, una noche loca", y decidieron salir en el auto de uno de ellos a explorar las calientes calles citadinas.
En una de las calles divisaron a una escultural mujer, la cual-ni corta ni perezosa-le ofreció sus servicios. Como era de esperarse, las cosas se pusieron muy calientes, y de las caricias fueron a los besos, y de allí, a cosas más profundas siendo justamente allí cuando comenzaron los problemas.
Al principio, las unidades de la Policía Canalera no salían de su asombro cuando encontraron tirada en medio de los densos matorrales a una mujer que decía llamarse Ana Perea, de 20 años.
Ella se encontraba toda golpeada y apuñalada en el glúteo izquierdo y en la mejilla derecha.
A su llegada al Cuarto de Urgencias del Hospital Santo Tomás, la afectada no dejaba de gritar que la habían violado, pero tal fue la sorpresa del personal médico y policivo que allí se encontraba cuando uno de los galenos salió gritando: ¡Esto no es una mujer, es un hombre!
Ana resultó ser Alexander, y acusó a tres colombianos de ser sus agresores.
PROSTITUCION CLANDESTINA: TRES SITIOS FRECUENTADOS
La prostitución clandestina, en cualquiera de sus variantes, está prohibida por las leyes panameñas. En la ciudad capital, Bella Vista, Calidonia y Santa Ana son considerados como sitios donde hombres y mujeres ofrecen sus servicios diariamente.