En muchas casas no se ora, porque no conocen las técnicas de cómo orar en familia. Cada mañana, al levantarse, consagre su vida a Dios. Que sus primeros pensamientos y palabras sean para el Señor. Así usted marcará el tono mental del día. Sintonice algún programa religioso en las emisoras y mientras está aseándose o preparando los alimentos o revisando sus estudios, oiga alguna música religiosa. Cante algo religioso que lo programe a preparar su mente durante el día. Vaya a desayunar con su familia. ¡Qué linda esta primera reunión en familia! Levántense un poco más temprano para que estén tranquilos, serenos y no anden en carreras para llegar a tiempo a su lugar de destino.
Tengan tiempo para orar en el desayuno. Esta oración la puede hacer cualquier miembro de la familia. Hagan un breve silencio, bajen sus cabezas y cada uno ore personalmente al Señor. Den gracias a Dios por el alimento y pidan bendiciones para el día. Controle el mal humor que comúnmente invade a las personas antes de dar comienzo a la tarea diaria. Si almuerzan juntos, hagan lo mismo y si no, donde sea que usted esté dé gracias a Dios por el alimento. Pida por todos procurando una comunicación espiritual y profunda con los demás miembros de su familia.
A la hora de la cena es recomendable que estén juntos. Es un lindo momento para compartir el pan y las experiencias del día. Ore uno en nombre de todos dando gracias por los alimentos. No permita que en la cena tengan lugar discusiones, preocupaciones ni problemas. Terminada la cena se puede leer un pasaje de la Biblia. Oren juntos diez o quince minutos. También pueden rezar el rosario o alguna de sus oraciones favoritas. Así la familia cenó junta, oró junta y cada uno tiene la noche libre para lo que crea conveniente.
Procuren ir todos los domingos a la Eucaristía. ¡Qué lindo es ver a toda la familia en la misma banca orando! Les aconsejo que tenga su Biblia. Apréndanse algunos versículos y de noche, antes de acostarse, hagan un examen de conciencia, pídanle perdón al Señor si en algo le fallaron y denle gracias por el día. Dicen los psicólogos que estos cinco minutos antes de acostarse influyen en el sueño.