La mayor parte de nuestros atletas, luego de retirados y haber cumplido ya con grandes hazañas, son en su mayoría olvidados al trascurrir el tiempo por la afición, que una vez coreaba su nombre y seguían cada una de sus anotaciones y triunfos.
Rugier del Valle Rodríguez, es uno de ellos, de quien poco se conoce, luego de retirado del béisbol su vida transcurre igual que un ciudadano común, sin penas ni gloria para este deporte, aún cuando fue uno de los mejores lanzadores zurdos que tuvo Panamá, entre la representación que visitó Venezuela, El Salvador, Cuba y Nicaragua, además de ser lanzador estrella de la novena coclesana.
SU VIDA
Rugier del Valle, nació en la ciudad de Aguadulce el 28 de octubre de 1927, en donde sus padres fueron Jorge del Valle y la señora Isabel Rodríguez de del Valle, siendo éste el segundo de 5 hijos, quedando vivos sólo René del Valle y Moisés del Valle.
Rugier, como todo pequeño que nació y creció en Aguadulce, estudió en la Escuela Puerto Rico, hasta que se traslada hacia la ciudad de Panamá, para estudiar su segundo ciclo en el Panama School, siendo allá en donde aprende a jugar béisbol.
Su hermano René del Valle, dos años menor que su hermano Rugier, recuerda que él durante su primer ciclo de escuela vivió en la calle 3 de Noviembre del populoso barrio de El Marañón, siendo allí en donde se inicia en el béisbol, por ser esta la época de la guerra, las personas que vivían en esa área le pusieron "Torpedo" por su bola rápida, en los partidos que jugó con los equipos de Barraza y El Marañón, en donde era muy buen pelotero.
Luego retorna para culminar su segundo ciclo en el Instituto Nacional de Agricultura (I.N.A.), graduándose de Perito Agropecuario, el sábado 25 de septiembre de 1948.
El lunes 27 de septiembre de ese mismo año inicia a trabajar en el Ingenio Santa Rosa, de agrimensor.
El ex jugador Juvenal "Jus" Martínez, recuerda que el señor Españo, lo iba a buscar (a Rugier), a eso de las 7: 00 a.m. y lo llEva, Crítica en Líneaba después que terminaba el juego en un campo detrás de la planta eléctrica de la antigua Panamá Eléctrica, en donde este era el receptor de Rugier.
En son de broma y recuerdos, el señor Martínez, comenta que en un partido este adiestrado lanzador ponchó a la gran mayoría de los bateadores que le tuvo que decir que no iba a mandar a sentar todo el cuadro por el perfecto partido que estaba jugando.