El recién estrenado gobierno reemplazó el operativo "Mano Dura" implementado por la anterior administración y lo reemplazó por otro con un nombre más rimbombante y con la promesa de ejecutar las acciones de prevención de la criminalidad de una manera más científica.
Los resultados no se hicieron esperar. En 72 horas se han registrado ocho asesinatos y la ola de violencia no parece acabar.
A la comunidad poco o nada le importa el nombre con que se bautice una acción para frenar la delincuencia. Lo que al final cuenta es que sea efectiva y esto en un país como Panamá se logra con los policías vigilando en las calles.
No hay que ser un genio para saber que la presencia policial ejerce una acción preventiva y por eso la operación "Mano Dura" tuvo sus efectos positivos y redujo los índices de delincuencia, porque los maleantes se quedaban en casa y no salían de sus guaridas por temor a ser capturados.
Uno de los lemas de campaña del hoy presidente Martín Torrijos fue garantizar la seguridad de la ciudadanía, que a la postre se traduce en tranquilidad y en crear un buen ambiente para atraer inversiones.
Ningún extranjero quiere venir a un país donde no se es seguro andar en las calles. Gracias a Dios Panamá no ha llegado a los extremos de otros países, donde los empresarios tienen que rodearse de guardaespaldas, pero hay que tomar las acciones necesarias para controlar la criminalidad.
Menos palabrería y más acción debe ser el lema de los encargados de los estamentos de seguridad. Se acabó la hora del cuento, ahora ustedes están trepados en el poder y deben hacer efectivas sus promesas de brindarle una mejor seguridad a los panameños.