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Colapso. El espinazo del mundo occidental se convirtió en astillas. ¿Lo recuerdan? ¡Cómo no, si CNN no hace otra cosa que repetir y repetir las cabreantes escenas! Fue fragoroso: el farallón del poderoso dólar terminó herido por el príapo erguido del terror, y aquellas torres gemelas cayeron en estricta línea vertical, como se desmayan las mujeres en el cine.
¿Y los clavadistas en saco y corbata? Horripilante. Saltar para escabullirse de la ignominia debió ser una decisión difícil, jamás comprendida del todo porque hace falta estar ahí, metido en los zapatos del condenado, con el infierno a las espaldas, y al frente el precipicio voraz. Resulta hacedero decirlo, pero yo también hubiese desertado, hubiese dado ese paso largo e inenarrable, que a todos nos dejó boquiabiertos. Eso fue mejor. Estar despierto luego, cuando se formó el fandango final, habría sido despiadado con uno mismo.
Desde nuestro rincón de pachangueros y facilistas no entenderemos nunca cómo un individuo puede secuestrar un avión lleno de pasajeros para clavarlo luego en un edificio, haciendo que todo vuele en pedazos, incluyéndolo a él. Eso no tiene sentido, decimos, porque en su lugar habríamos dado el brinco antes en paracaídas, para seguir vivos y cobrar "el trabajito", o bien pediríamos un millonario rescate, que gastaríamos después en algún cabaret francés, rodeado de fulas con pocas ropas.
Lo que vemos desde acá es la triste escena de las torres gemelas cayendo, con miles de inocentes adentro, quienes han pagado unos platos que no rompieron ellos. ¿Qué culpa tenían los panameños que trabajaban en el World Trade Center de los desaciertos de la política exterior norteamericana? Que algunos terroristas estén enojados con los gobiernos de Estados Unidos es una cosa, pero ¿Qué culpa tiene el pueblo?
Saliendo del callejón en el que me he metido con esta nota, cabe preguntarme ¿Para qué escribir y escribir si el final de los días llegó? ¿Habrá alguien que encontrará este artículo? ¿Importará leerlo después que estalle la última guerra?
Viendo otra vez en CNN la escena del WTC cayendo me digo: sí, por mis paisanos que perecieron allí, vale la pena seguir escribiendo. |
