A viejos reclamos contra leyes estadounidenses, el gobierno de La Habana sumó ayer sábado a la condena al terrorismo y la ratificación de su solidaridad con el pueblo norteamericano, tras los ataques de este semana en Nueva York y Washington.
La tradicional concentración sabatina, presidida por el general Raúl Castro, ministro de Defensa y hermano del presidente Fidel Castro tuvo esta vez como tema "nuestra solidaridad con el pueblo norteamericano con motivo de la tragedia nacional que vive", dijo el oficial diario Granma.
Uno por uno, la decena de oradores en el acto realizado en la población de Majibacoa, en el oriente de la isla, mezclaron en sus discursos declaraciones de pesar por la tragedia en Estados Unidos, con los tradicionales reclamos por la derogación de leyes norteamericanas relativas a Cuba, como el embargo, con cuatro décadas de vigencia.
Los discursos siguieron la línea de lo expresado por el presidente Castro el martes, horas después de los atentados, cuando tras lamentar el "hecho insólito" de los ataques, destacó que para acabar con el terrorismo internacional primero había que acabar con el "terrorismo de estado", del que Cuba ha sido víctima por años, dijo, en acciones decididas por Washington. |