Las compañías aéreas no solamente sufrieron financieramente las pérdidas de tres días en tierra, ordenadas por el gobierno luego que secuestradores tomaron el martes el control de cuatro aviones y los estrellaron provocando más de 5.000 muertos y desaparecidos. Analistas estiman que la cancelación de operaciones costó al sector 700 millones de dólares en facturación.
Además la situación del sector se complica por las eventuales demandas judiciales que se avecinan, las previsibles caídas en la demanda por el temor de volar, y las draconianas medidas de seguridad puestas en marcha, que provocan demoras adicionales de hasta una hora, dijo un portavoz de la empresa USAirways.
United Airlines ya anunció que reducirá en forma permanente sus operaciones en un 14%, es decir de una media de 2.200 vuelos diarios a 1.900.Continental, otra de las grandes empresas, anunció el sábado desde Houston que reduciría su oferta en 20% y que enviará al paro técnico a 12.000 personas.
"El sector aeronáutico estadounidense atraviesa una crisis financiera. Necesitamos que el Congreso tome de inmediato acciones para nuestra supervivencia" dijo el presidente de Continental, Gordon Bethune.
Geroge Halmin, analista de Global Aviation Associated, dijo que 2001 cerrará con pérdidas para el sector cercanas a 4.000 millones de dólares, similares a los 4.500 millones de quebrantos registrados en 1992, el año más negro de la aviación comercial en Estados Unidos.
La calificadora Standard and Poor's redujo el jueves las calificaciones para inversiones en todas las compañías aéreas y en el caso de las acciones del gigante American Airlines, las llevó a un nivel cercano al de los llamados "junk bonds" (bonos basura) que tipifican las inversiones de muy alto riesgo. |