La obesidad constituye un importante problema de salud pública a nivel mundial. Es una enfermedad prevenible a través de cambios en los estilos de vida. En la población infantil está aumentando y aquí en Panamá también.
De acuerdo con estudios realizados en nuestro país, la incidencia de obesidad en la población infantil alcanza cifras de un 23.1% en menores de 5 años. Por otro lado están los niños en edad escolar en donde la incidencia alcanza el 21%. En los adolescentes en donde, la magnitud del problema alcanza un 33.6% de incidencia de sobrepeso y 18.3% de obesidad.
Sería preciso evaluar y hacernos dos preguntas, será que un niño gordo ¿es un niño sano?, es válida otra pregunta, un niño gordo, ¿es un niño feliz?, esta percepción era la que tenían las personas hace aproximadamente 30 años atrás. En donde ellos pensaban que el niño mientras más pesadito o rellenito, era el niño sano.
Hoy en pleno 2007, estos conceptos están pasados de moda. Esta era la percepción de nuestros antepasados. Ahora los padres, aconsejados por el Pediatra y el Nutricionista, tienen un rol primordial en la prevención de la obesidad.
Analizando la situación se pueden identificar tres periodos críticos para la aparición de la obesidad: durante la gestación y el primer año de vida, durante los 5 a 7 años y durante el desarrollo puberal o adolescencia.
La obesidad es una alteración de naturaleza metabólica, caracterizada por un aumento excesivo de la grasa del cuerpo. Un niño se considera obeso cuando su peso es superior al 20% del ideal.
Para terminar, debemos recodar que la obesidad en la infancia es una enfermedad que requiere de un manejo multidisciplinario, se debe tratar el problema de manera que todos en casa cooperen en el tratamiento. Para lograr alcanzar los objetivos para beneficio del niño.