La carencia de un debate permanente en el Partido Revolucionario Democrático quedó evidenciada con los acontecimientos que circundaron la elección del Presidente de la Asamblea, cuyo caso aludo como ejemplo de lo que resulta cuando se opta por desarticular la vida partidista y circunscribirla al accionar personalista de una dirección que pidió a sus bases sacrificarse y "mojarse el bam bam" para llegar al gobierno y luego pagó su promesa dándole la espalda.
La expresión tirios y troyanos, caracteriza a grupos en pugna, contrarios o rivales y este uso con un toque alusivo a la situación vale para afirmar que mientras los tibios del CEN, se preocupan por explicarnos la relación entre los Presidentes del Legislativo y del Ejecutivo como si las situaciones embarazosas las trajera la cigüeña, los troyanos realizan improvisados congresillos -además de inusuales porque anteceden al Congreso- de cara al próximo Directorio, imponiendo lo que sus cálculos electorales les han arrojado como cuota para mantenerse en la dirección.
La pobre calidad de liderazgo y la ausencia total de una conducción política consecuente con los principios fundamentales que han caracterizado al PRD, son una realidad palpable y en este caldo de lo que ha cultivado el CEN en estos años - a pesar de lo esforzados que han sido por mostrarse como unidad monolítica - los tibios optan por los silencios cómplices a la espera de impulsar candidatos de fábula mientras los troyanos proclaman a la que califican de su mejor ficha y que es en resumidas cuentas, más de lo mismo. Estas acciones, profundizan el malestar de las bases, que van perdiendo temor y rechazan abiertamente la incompetencia de una dirección que insiste en imponer métodos que se creían superados.
Winston Churchill, dijo que la alternancia fecunda el suelo de la democracia y camino a la renovación del CEN, este pensamiento nos abre la posibilidad de respaldar a quien apueste por hacer de la retoma del dogma Torrijista, una acción política permanente. En este ajedrez político, Ernesto Pérez Balladares, quien hace casi dos años planteó su candidatura para presidir el CEN acompañada de un postulado que propone rescatar al partido, ganó terreno antes de realizarse el Directorio, porque logró la definición del calendario electoral y colocó la actividad interna en primer plano, descompaginando la agenda a los tibios y troyanos del CEN.