FAMILIA
Narcóticos Anónimos

Joaquín Arias
Fundación Pro-Vida
Una de las primeras cosas que aprendemos en Narcóticos Anónimos es que "si usamos, perdemos". Si usamos drogas, por supuesto. Similarmente, no experimentaremos tanto dolor si podemos evitar lo que nos cause dolor. Al seguir haciendo un inventario personal, en realidad estamos creando un buen hábito: el de examinar nuestras personas, nuestras acciones, nuestras actitudes y nuestras relaciones, en plan serio y regular. Somos criaturas de hábitos: somos asimismo vulnerables con respecto a nuestros viejos modos de pensar y reaccionar. A veces, parece más fácil continuar en el rutinario sendero hacia una final auto-destrucción, que intentar hacer un camino nuevo, potencialmente peligroso o así se imagina. No es necesario dejarnos atrapar por nuestros antiguos patrones de conducta. Ahora podemos elegir. Tal es como nos ofrece; nos puede ser útil para corregir nuestros problemas relacionados con la vida misma y además para prevenir repeticiones futuras. Repasamos las acciones del día de hoy. Algunos de nosotros escribimos sobre los sentimientos experimentados, explicando como nos sentíamos y si hubo alguna participación nuestra en alguno de los problemas que se presentaron. ¿Perjudicamos al prójimo? ¿Debemos admitir que nos equivocamos? Si hay dificultades, hacemos un esfuerzo y las afrontamos. Mejor no se dejen esas cosas sueltas, porque son muy propensas a volver y volver eternamente. Este paso puede ser una buena defensa contra las locuras del pasado. Podemos preguntarnos si, otra vez, nos vemos arrastrados a viejos comportamientos de ira, rencores o miedo. ¿Nos sentimos "atrapados"? ¿Estamos "preparándonos" inconscientemente conflictos? ¿Tenemos demasiado apetito, irritación, soledad o cansancio? ¿Nos estamos tomando muy "en serio"? ¿Nos juzgamos internamente por las apariencias externas de los demás? ¿Sufrimos debido a alguna dolencia física? Respondiendo a preguntas como éstas puede ayudarnos grandemente a resolver dificultades del momento actual. Ya no hace falta vivir con la impresión de que estamos irremediablemente desamparado. Muchas de nuestras principales preocupaciones y dificultades derivan de nuestra inexperiencia de vivir sin drogas. A menudo, cuando preguntamos a un "veterano" lo que hay que hacer, la respuesta es tan simple que nos quedamos pasmados. Puede ser también una especie de válvula de escape. Trabajamos este paso cuando todavía, en nuestras mentes, están frescas las vicisitudes (altos y bajos) de la vida cotidiana. Hacemos una lista de lo que nos sucedió y procuramos no racionalizar nuestros actos. La lista puede hacerse por escrito al final del día. Lo primero que hacemos el...parar. Entonces y con calma, nos permitimos el lujo, de pensar. Examinamos pues nuestras acciones, nuestras reacciones y nuestros motivos. Con frecuencia descubrimos que "actuamos" mejor que "sentimos". Esto permite anota ahí donde erramos y admitir faltas antes de que las cosas empeoren.
|