Ausencia de Pinochet modera 11 de septiembre

Santiago
REUTERS
En medio de una calma inusitada, los chilenos conmemoraron ayer sábado el 26 aniversario del golpe militar que derrocó al gobierno del socialista Salvador Allende e instauró en el poder al general Augusto Pinochet. Los signos de remembranza de lo ocurrido el 11 de septiembre de 1973 fueron los mismos de cada año: marchas hasta el cementerio, ofrendas florales, liturgias religiosas. Pero la ausencia de Pinochet, detenido en Londres desde octubre del año pasado, marcó una tajante diferencia. Los que tenían algo que celebrar en esta fecha guardaron hermético silencio, como dolientes deudos del que ya no está. Sólo una veintena de partidarios del régimen, que gobernó Chile hasta marzo de 1990, se congregaron al mediodía frente a la Escuela Militar para protestar por el arresto del ahora senador vitalicio, encausado por crímenes contra la humanidad por un juez español. El propio comandante en jefe del ejército, el general Ricardo Izurieta, había anticipado que este septiembre, mes de la patria en Chile, no había nada que celebrar. Para los familiares de las víctimas de la represión durante el régimen, la ausencia de Pinochet representó un alivio en una fecha que recuerdan siempre con tristeza. Más de 5.000 personas integraron una columna que caminó hasta el cementerio general, para rendir homenaje a quienes murieron por la violencia política durante los 17 años del gobierno de Pinochet. Al final de una manifestación la policía reprimió con carros lanzaguas a grupos de encapuchados que les lanzaron piedras y cócteles molotov.
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