FAMILIA
La familia adoptiva: una tarea difícil - III parte

Tomado de
Sinorama
La situación de los padres adoptivos CURACION Lin Liang-yin, director del pabellón siquiátrico, enumera una serie de problemas que presentan a menudo los niños maltratados: extrema desconfianza, actitud reservada, falta de cooperación, impulsividad, dificultades en las relaciones personales, etc. Las víctimas de abusos sexuales muestran los peores síntomas. Chi Hui-jung, director ejecutivo de la Fundación Jardín de Esperanza, afirma que estos niños tienen una relación difícil con el sexo opuesto, cuando crecen. Una sensación de haber sido traicionados, les lleva a una personalidad airada y antisocial. La violación del espacio personal y un sentido de vergüenza les hace odiarse a sí mismos. Un sentido de impotencia les quita la confianza y les hace incapaces de alcanzar nada. Para los niños pequeños, que no saben muy bien cómo expresarse con palabras, el juego es un modo de sicoterapia. Al juzgar y al desempeñar roles, los niños son capaces de ver, hacer y experimentar nuevas cosas y de adquirir conciencia de sí mismo. "Come hasta que estés bien y harto" Una niña pequeña, durante la terapia quiso desempeñar el papel de madre, mientras que su consejera, Huang Su-chuan, hacía de niña. "Me ordenó ser obediente, que no le respondiese y me pegó (a una imagen mía) muy fuerte con una vara". Quedó muy claro, durante el juego, cómo la había tratado su madre. Una niña que pasó hambre después de ser abandonada cocinó todo tipo de platos, durante la terapia de juego, y se los daba a su consejera diciendo: "Quiero que comas hasta que te sientas bien y estés harta". Había un niño joven que siempre insistía en pintar una imagen nada más entrar en la sala de juego. Unas veces dibujaba un relámpago, otras un mal individuo. Y en vez de llevarse el dibujo a casa, siempre se lo daba al consejero. "Cuánto más joven, más flexible es el niño", dice Lin Liang-yin. Los traumas sicológicos y físicos son similares en este respecto. Cuanto antes se trate el problema, más fácil es su curación. Si un niño llega a su adolescencia antes de que se le trate un problema sicológico, tiene pocas posibilidades de que se le pueda ayudar. Además, si las heridas sicológicas de un niño no se tratan pronto, no sólo lo afectará toda su vida sino que es muy probable que lo pase a la siguiente generación. Según Lin Liang-yin, los niños maltratados que no reciben ayuda sicológica adecuada tiene un alto riesgo de desarrollar enfermedades mentales más tarde. Además, estudios extranjeros señalan que un alto porcentaje de niños maltratados acaban maltratando a sus propios hijos. El daño hecho sólo puede enmendarse a un tremendo costo y esfuerzo. Cualquier deficiencia en proteger a un niño maltratado infringe un costo incalculable a la sociedad. Todos compartimos el costo monetario y algunos de nosotros pagaremos con angustia y tragedia. Según un investigador en el departamento de Asuntos Sociales del gobierno municipal de Taipe, la ley de Prevención de la Violencia Doméstica trata de proteger a cada uno de los miembros de la familia y eso incluye naturalmente a los hijos. Esta ley permite a la víctima el derecho de presentar una queja contra quienes lo maltratan y solicitar una orden para asegurar que el ofensor permanece lejos del hogar. Ahora que la ley ha entrado en vigor, los niños ya no necesitan dejar sus hogares. Esta es, al menos, la teoría. En realidad, la maquinaria para la aplicación de esta ley aún no está en marcha. La ley, por ejemplo, habla del establecimiento de centros locales para impedir la violencia doméstica y los asaltos sexuales, en muchas localidades aún no existen y tampoco se ha reunido a suficiente personal para llevarlos.
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