En los d�as posteriores al 11 de septiembre de 2001, hubo dirigentes religiosos en los Estados Unidos que emitieron el juicio de que el ataque terrorista ocurrido en aquel nefasto d�a representaba el castigo de Dios infligido a una naci�n en extremo pecaminosa. As� Dios, de manera inequ�voca, le llamaba la atenci�n a aquella superpotencia mundial. Seg�n esos l�deres eclesi�sticos, Dios no tuvo que hacer m�s que valerse del odio que albergan en el coraz�n tantos individuos contra el pa�s que consideran culpable del deterioro moral que cunde en todo el mundo.
Contra ese juicio tajante se pronunci� con firmeza el periodista estadounidense Cal Thomas el 19 de septiembre ante su p�blico nacional. A su columna escrita como respuesta a semejante concepto de Dios, le puso por t�tulo "Cuando se juzga que la calamidad viene de Dios". En la primera parte de su exposici�n b�blica, Thomas cita varios pasajes del Nuevo Testamento. De ah� pasa al Antiguo Testamento, del que se vale con maestr�a para desarrollar el siguiente argumento teol�gico con el que le pone punto final al asunto:
"Dios no habr�a destruido las antiguas ciudades de Sodoma y Gomorra si all� se hubieran encontrado s�lo diez justos (G�nesis 18: 32). �Acaso los que creen que el ataque terrorista representaba el juicio de Dios piensan que hab�a menos de diez personas justas en Nueva York y en el Pent�gono cuando se estrellaron esos aviones contra aquellos edificios?
"Dios permite que ocurran cosas malas a pesar de que �l, por naturaleza, s�lo hace el bien y saca de lo malo algo bueno. �C�mo sabemos esto? ...
"En G�nesis 18: 25, Abraham intercede por la vida de los habitantes de Sodoma. En sus esfuerzos por lograr que Dios perdone a esa gran ciudad, Abraham dice algo importante acerca del car�cter de Dios que tal vez debieran considerar aquellos que creen que Dios ha castigado a los Estados Unidos de Am�rica mediante un ataque terrorista: "�Lejos de ti el hacer tal cosa! �Matar al justo junto con el malvado, y que ambos sean tratados de la misma manera? �Jam�s hagas tal cosa! T�, que eres el Juez de toda la tierra, �no har�s justicia?"