A pesar que con el paso del tiempo pierde la visión, Raúl Moreno no pierde la esperanza de que lleguen mejores días para seguir desarrollándose como profesional.
Graduado en una licenciatura de Ingeniería Industrial, este joven residente en la barriada Victoriano Lorenzo, de la ciudad de David, tuvo que abandonar desde hace cinco años el ejercicio de sus labores como profesor asistente en el Centro Regional de la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP), ya que le diagnosticaron una enfermedad en la vista conocida como Retinosis Pigmentaria.
Explicó que su enfermedad es genética, progresiva y hereditaria.
"No logré la cátedra porque la visión se me fue borrando poco a poco a causa de esta enfermedad, por lo que perdí la visión para leer y escribir. Como era asistente, no logré alcanzar una pensión porque no estaba dentro de la planilla", expresó Moreno.
Para seguir llevando el sustento a su hogar, decidió dedicarse a la venta de periódicos, actividad que alterna con las ventas de minutos de celular.
Todos los días, de lunes a domingo, trabaja de 8:00 de la mañana a 8:00 de la noche. Su puesto está ubicado muy cerca del Parque de Cervantes; en ese mismo lugar su madre vende rosas.
El joven ingeniero está casado y tiene dos hijas, que son su mayor inspiración y apoyo en estos momentos de adversidad.
Con el dinero que gana en las ventas, hace frente a las necesidades básicas de su hogar, a pesar del alto costo de la vida. "Es bastante difícil ahorrar para poder operarme, ya que no cuento con un ingreso fijo", dijo.
Solicitó ayuda para poder operarse y recobrar la visión.
TRATAMIENTO
En Cuba hacen un tratamiento para la retinosis, que consiste en una serie de cirugías que no garantiza la recuperación total de la visión, pero sí detiene el avance de la enfermedad. Moreno tendría que viajar a la Isla.