MENSAJE
Alto a dónde vas sin metas en la
vida
Monseñor
Rómulo Emiliani
¿Sabía usted
que Dios nos hizo como algo muy especial, únicos e irrepetibles y
que además nos hizo con un propósito específico?
¿Entonces, cómo es que usualmente caminamos por la vida
dando tumbos aquí y allá? ¿Será que no nos hemos
planteado en serio la vida o sencillamente no le hemos dado un verdadero
sentido a nuestra existencia? O será tal vez que nos asusta pensar
en el ¿por qué vivimos? - en el ¿por qué estamos
aquí y adonde vamos?- ¿qué queremos ser en la vida?
y otras tantas interrogantes más.- O simplemente que no encontramos
respuestas porque hasta ahora, no nos habíamos hecho un planteamiento
serio a este respecto. Sin embargo, pongámonos a pensar ¿qué
puede esperar del futuro, una persona que vive sin ilusiones, sin metas?
¿qué balance podrá hacer al final de su vida?
Pues bien: para remediar esta situación y ser mejores, así
como para darle un verdadero significado a nuestra vida, debemos fijarnos
metas y objetivos precisos. Tener metas es tener razones para vivir, triunfos
que conquistar y propósitos para luchar.
Examinando cuidadosamente cada aspecto de nuestra vida, podremos determinar
los vacíos que deben ser llenados, pero no debemos hacernos un planteamiento
superficial del problema. Tenemos que combinar razonablemente los aspectos
materiales y espirituales y proponernos metas que abarquen todas las facetas
de nuestro propio ser. Metas espirituales, humanas y materiales; una globalidad
que abarque muchas metas, pues subestimar alguno de estos aspectos nos llevaría
a una vida vacía e incompleta.
Triunfar significa mantener una verdadera armonía entre muchísimos
factores. Entonces si queremos triunfar vamos a plantearnos en serio nuestra
vida, ya que se vive sólo una vez.
Plantémonos metas que realmente valgan la pena, que realmente
nos sirvan para llevar una vida plena y más útil. Establezcamos
metas en función de nuestras propias necesidades, de nuestro interés
específico, del ambiente en que nos desenvolvemos. Nos copiemos.
Seamos nosotros mismos, auténticos y no permitamos que nadie anule
nuestro juicio personal.
Al igual que las grandes empresas, empecemos a planear el futuro, planifiquemos
actividades a mediano y largo plazo. Organicemos planes y programas y cumplámoslos
en la medida de nuestras posibilidades.Elijamos correctamente nuestros objetivos,
pues el no hacerlo nos llevará a una existencia gris y sin perspectivas
y nos llevará inevitablemente a un descontento con nosotros mismos,
que se reflejará en nuestra propia autoestima, en el carácter
y hasta en la salud.Pidámosle mucho a Dios sabiduría y discernimiento
para conocer
¿Cuáles son nuestras metas en la vida? Hagamos un alto
y reflexionemos !PORQUE CON DIOS SOMOS... INVENCIBLES!
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