Domingo 6 de septiembre de 1998

 








 

 


EDITORIAL
Trastornos financieros mundiales

Las informaciones cotidianas sobre el comportamiento de las actividades financieras y económicas mundiales muestran deterioros, caídas y debilitamientos en casi la totalidad de las bolsas de valores del mundo; y asímismo, las dificultades de la rediviva Rusia, en cuyo favor han acudido organismos financieros internacionales con aportes monetarios sensitivos, sin que se logre superar la espiral de los deterioros que apuntan a resucitar mecanismos del fenecido comunismo.

Las devaluaciones monetarias de Colombia y Venezuela, así como el incremento desorbitado de los intereses activos en las actividades bancarias venezolanas, son indicativos de las consecuencias que las crisis asiáticas y europeas causan en países latinoamericanos.

Las inversiones chilenas en Japón y otros países asiáticos sufren deterioros graves y colocan en precario intereses que afectan a los jubilados y pensionados del sureño país, y son causa de preocupación y temor.

En corrillos financieros se rumorea la pérdida de varios millones de dólares aportados por inversionistas locales en empresas rusas; mientras empresas de poderío como Microsoft, pierden varios miles de millones y ordenan cerrar algunas de sus instalaciones productivas, con las secuelas de desempleo y angustia que ello conlleva.

Algunos valores emitidos por países reciben hoy rechazos en el mercado bursátil; algunos son tachados con dureza, con lo cual las economías de esos estados sufrirá trastornos y retardos graves.

En Panamá, a pesar de tener acceso a las realidades mundiales que muestran trastornos severos, permanecemos impasibles; confiados; con indiferencia hacia esos acontecimientos, que nos parece ocurren en otra galaxia, olvidando que nuestro vivir económico y financiero está fuertemente unido a los vaivenes que sufran la economía norteamericana y las asiáticas, principales usuarios de la vía intermares panameña, y asímismo los movimientos mercantiles de la Zona de Libre Comercio que se insertan en aquellos quehaceres lejanos.

Los estudiosos de la economía y los conocedores de la historia recuerdan la crisis que llevó a la quiebra a miles de empresas y generó una caída mundial de la economía en 1929, cuyos rigores repartieron hambre y carencias por doquier, obligando a la olla común callejera, para sobrevivir la hambruna; realidad de la cual no escapó Panamá, donde los funcionarios públicos fueron remunerados con vales de difícil colocación.

Los panameños debemos alertarnos sobre los avatares que afectan el mundo bursátil; esclarecer cuáles son los comportamintos personales y de empresarios que debemos apuntalar con miras a evitar un colapso, una caída, que lleve nuestro vivir a estadios de depauperación y miseria.

 

 

 


 

AYER GRAFICO
El Conjunto "Habana" en el cabaret "Rialto" en 1948 al llegar a Panamá.


CREO SER UN BUEN CIUDADANO
Sin embargo, no cuido como hablo en público.


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