Una reunión el fin de semana entre dirigentes del gremio docente del país y el gobierno nacional, representado por el Ministerio de Educación (MEDUCA), con el fin de acordar un aumento salarial, no tuvo éxito.
Los dirigentes de los gremios magisteriales han presentado una propuesta de aumento de 350 dólares mensuales, argumentando que el poder adquisitivo de los docentes en el país se ha reducido en un 60% con el aumento del costo de la vida. Aunque el gobierno no ha hecho oficial su propuesta, se prevé qeu el ajuste no supere los 50 dólares.
Es imposible negar que todo se ha encarecido, particularmente en esta última década. Y mientras esta situación continúe, cualquier gremio o sindicato tiene el legítimo derecho de exigir mejores condiciones de trabajo y mayor salario. Pero estas exigencias no pueden llegar al punto de la desproporción.
Y tampoco un gremio como el docente puede ignorar que en un tema como la educación, los profesionales deben estar dispuestos a actualizarse y a ser evaluados periódicamente para que el sistema y los padres de familia puedan distinguir entre los educadores que se preocupan por dar lo mejor, y aquellos que solo esperan cobrar un cheque.
En esta última década, también se ha perdido mucho tiempo de clases, por culpa de la politiquería y de posiciones intransigentes, perjudicando únicamente a nuestros niños y jóvenes. Esperemos que este año escolar no tenga el mismo destino.